AFRICA/MALAWI - La Jornada Mundial Misionera en los pueblos de la montaña Chaone: entre el saludo del Obispo, hijo de un musulmán de la localidad, y la inauguración de un molino

miércoles, 24 octubre 2007

Lilongwe (Agencia Fides) - La Jornada Misionera Mundial en las palabras del p. Piergiorgio Gamba, misionero montfortiano que trabaja desde hace años en Malawi. El p. Gamba ha enviado a la Agencia Fides su testimonio desde la montaña de Chaon, situada al amparo de los grandes pantanos de Chirwa, que dominan desde lo alto al Lago Malombe.
“Sobre estas montañas se refugiaron las tribus de los Ayao que habían hecho de la trata de esclavos su mercado preferido, incluso cuando tenían que enfrentarse con los soldados Sikh, venidos de la India para pacificar el país”, explica el misionero. “Esto explica porqué los 21 pueblos que agrupan a unas diez mil personas en el Chaone, son todos musulmanes y hablan todos la lengua chiyawo”.
El p. Gamba cuenta de este modo la Jornada Mundial Misionera del pasado domingo 21 de octubre, en el pueblo malawiano: “Muy de mañana más de cien jóvenes y niños llegaron de la misión de Balaka hasta los pies de la montaña: los esperaba un camino de dos horas totalmente en subida. Los misioneros de Balaka fueron acogidos con una fiesta improvisada. Durante la noche nació un niño y la abuela que lo cuidaba repetía con insistencia: ‘dadme un nombre para este niño’. Es un rito que se repite frecuentemente en los pueblos donde el huésped, el viajero, es sagrado y portador de bendiciones. Es así que dimos un nombre al pequeño recién nacido, Pablo, recordando este día, y luego proseguimos con la subida”.
“No éramos, pues, los únicos a ponernos en camino por el camino del Chaone. Por el lado de la montaña, cercana a la misión de Lingoni, también Mons. Thomas Msusa, Obispo de Zomba, se había puesto en camino para estar presente en la gran jornada de las misiones. Mons. Msusa es el primer Obispo Católico que llega a estos pueblos”.
“Es hermoso ver el encuentro de esta comunidad, en gran parte musulmana, con el Obispo católico, hijo del jefe de una mezquita musulmana que después de años se convirtió al cristianismo para seguir a su hijo Obispo. Un Obispo que habla la misma lengua Chiyawo de los jefes musulmanes. En la montaña están también las hermanas canosianas, una presencia importante para las jóvenes del Chaone, para las mujeres que son segunda o tercera esposa… ¿Cómo explicar a la población local que las hermanas dedican su vida entera al servicio de los enfermos o en las escuelas, y que por lo tanto no tienen hijos?”, subraya el misionero.
La fiesta continuó con la bendición del molino “donde la gente podrá cotidianamente moler el grano. Las piedras y la arena, así como el agua, fueron traídos por la gente de los pueblos que pidieron tener un molino”.
“Esto es lo que regala la misión por la cual vale la pena gastar la propia vida”, concluye el p. Gamba. (L.M) (Agencia Fides 24/10/2007; líneas 36, palabras 502)


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