VATICANO - “Las diferencias étnicas y sociales, vividas en el respeto y en el amor recíprocos, sean una riqueza común y no un motivo de división”: invitación de Benedicto XVI a los Obispos del Congo en su visita Ad limina

lunes, 22 octubre 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides)- “Nuestro encuentro, expresión de la comunión con el Sucesor de Pedro, sea también fuente de una comunión cada vez más intensa entre vosotros y vuestras Iglesias diocesanas, colmándoos de confianza y alentándoos a perseverar en el anuncio del Evangelio”: es el deseo del Santo Padre Benedicto XVI expresado a los Obispos de la Conferencia Episcopal del Congo, recibidos en Audiencia el viernes 19 de octubre, con ocasión de la visita Ad limina Apostolorum.
A través de los Obispos, el Santo Padre ha enviado un saludo a sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, catequistas y fieles laicos de las respectivas diócesis, “que con frecuencia han manifestado su adhesión a Cristo y su solidaridad con los propios hermanos en los momentos de dificultad en la historia reciente del País”, y los ha invitado a ser siempre “incansables artífices de justicia y de paz”. Recordando como la Conferencia episcopal continua trabajando por la paz y la reconciliación en el País, el Santo Padre invitó “a los cristianos y toda la población del País a abrir los caminos de la reconciliación, para que las diferencias étnicas y sociales, vividas en el respeto y en el amor recíprocos, se conviertan en una riqueza común y no un motivo de división”.
El Papa destacó como los reportes de cada cinco años de los Obispos del Congo señalan “la urgencia de desarrollar un verdadero dinamismo misionero” en las Iglesias locales. “Para evangelizar verdaderamente y en profundidad, es necesario convertirse en testimonios siempre más fieles y más creíbles de Cristo- destacó el Papa Benedicto XVI-. Esta eminente responsabilidad os corresponde en modo particular. Permaneced siendo ‘hombres de Dios’, presentes en vuestras diócesis junto a vuestros sacerdotes, preocupados antes que nada por el anuncio del Evangelio, tomando de vuestra intimidad con Cristo la fuerza de tejer relaciones cada vez más fuertes de fraternidad y de unidad entre vosotros y con todos”. La misma Conferencia Episcopal está llamada a ser “un lugar privilegiado de comunión, así como también de vida fraterna y de trabajo concertado en proyectos comunes”.
El compromiso pastoral prioritario hace referencia a las “comunidades eclesiales vivas”, que son “ámbitos concretos de anuncio del Evangelio y de ejercicio de la caridad”, además de constituir “un potente baluarte contra las sectas”. El Santo Padre invitó “a prestar una atención particular a la formación cristiana inicial y permanente de los fieles, para que conozcan el misterio cristiano y vivan de este, sostenidos por la lectura de la Escritura y de la vida sacramental”, exhortándolos a una presencia cada vez más activa en la sociedad. También cuantos están comprometidos en la formación de los laicos, en particular a los catequistas y sus familias, deben poder hacer uso de una adecuada formación para “conducir a buen fin su importante misión”.
El Santo Padre invitó a los Obispos del Congo a trasmitir a sus sacerdotes el aliento del Papa: “Espera a vosotros sostenerlos, exhortarlos a conducir, en una plena comunión con vosotros y en un real espíritu de servicio a Cristo y a la comunidad cristiana, una existencia cada vez más digna y más santa, fundada en una vida espiritual profunda y en una madurez afectiva vivida en el celibato a través del cual estos ofrecen, con la gracia del Espíritu y mediante la libre respuesta de su voluntad, la totalidad de su amor y de su solicitud a Jesucristo y a la Iglesia”. A los numerosos sacerdotes del Congo que residen fuera de su País, el Papa pidió “considerar seriamente las necesidades pastorales de sus diócesis” y realizar “las decisiones necesarias para responder a las necesidades de sus iglesias diocesanas”.
En la parte conclusiva de su discurso, el Papa Benedicto XVI compartió la preocupación de los Obispos por “la sensible disminución del número de matrimonios canónicos” y el consecuente debilitamiento de la familia, exhortando a una reflexión pastoral “para promover la dignidad del matrimonio cristiano, reflejo y realización del amor de Cristo por su Iglesia” y a ayudar a las parejas “a adquirir aquella madurez humana y espiritual necesaria para asumir en modo responsable la misión de cónyuges y de padres cristianos”. (S.L.) (Agencia Fides 22/10/2007; líneas 50, palabras 722)


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