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Bogotá (Agencia Fides) – “El Episcopado colombiano lamenta y deplora el asesinato del Reverendo Padre Saulo Carreño Hernández, Párroco de la Iglesia de Cristo Rey en Saravena (Arauca) y de Reverendo Padre Henry Humberto López Cruz, Parroco de la Iglesia de los Santos Joaquín y Ana en Villavivencio (Meta), víctimas de la violencia y de la intolerancia que afligen así de duramente al pueblo colombiano”. De esta manera comienza el Comunicado del Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, el Arzobispo de Tunja, Mons. Luis Augusto Castro Quiroga, y que ha llegado hasta la Agencia Fides. El Comunicado lleva la fecha del 7 de noviembre del 2003.
Después de haber expresado solidaridad a los Obispos y presbíteros de las dos diócesis y a los familiares de los sacerdotes, el Comunicado prosigue: “Compartimos el sufrimiento del pueblo de Arauca y de Meta, que ha vivido un largo Vía Crucis de violencia y terrorismo. Estos dos sacerdotes se unen a la larga lista de hombres y mujeres que han sido vilmente asesinados… La Iglesia, que ha pagado el alto precio de veinte sacerdotes asesinados en los últimos tres años, continuará invocando la reconciliación y el perdón como condiciones para establecer una paz duradera y estable"”
En nombre de los Obispos colombianos, Mons. Castro Quiroga presenta sus condolencias también a la familia de la joven Marisa Isabel Linares, asesinada en Saravena junto al sacerdote, y a las familias de las víctimas del atentado terrorístico de Florencia. El Comunicado concluye con estas palabras: “No dejaremos de invocar el respeto a la vida y al Señor, para que toque el corazón de cuantos ignoran o desprecian el mandamiento de Dios: “No matarás”. Recordándoles que “la sangre derramada grita a Dios desde la tierra”. (S.L.) (Agencia Fides 8/11/2003. Lineas: 27 - Palabras:333)
