VATICANO - El Ángelus de Benedicto XVI en Cadore: “Desde este lugar de paz... renuevo el llamamiento a perseguir con tenacidad el camino del derecho, a rechazar con determinación la carrera armamentista y a rechazar la tentación de afrontar nuevas situaciones con viejos sistemas”

lunes, 23 julio 2007

Lorenzago di Cadore (Agencia Fides) - En la Plaza Calvi de Lorenzago de Cadore, en donde se encuentra para un período de descanso, el Santo Padre Benedicto XVI dirigió el rezo del Ángelus el domingo 23 de julio, centrándose en el drama de la libertad humana en el mundo. “La belleza de la naturaleza nos recuerda - afirmó el Papa - que fuimos puestos por Dios para ‘cultivar y custodiar este jardín’ que es la tierra. Si los hombres vivieran en paz con Dios y entre ellos, la Tierra sería realmente como un ‘paraíso’. El pecado, por desgracia, arruinó este proyecto divino, engendrando divisiones y haciendo que entrase la muerte en el mundo. De este modo, los hombres ceden a las tentaciones del Maligno y se hacen la guerra mutuamente. La consecuencia es que, en este estupendo ‘jardín’, que es el mundo, se abren espacios de “infierno”.
De este modo, el Papa Benedicto XVI subrayó que “la guerra, con su rastro de lutos y destrucciones, se la considera, desde siempre, una calamidad que contrasta con el proyecto de Dios” y evocó un aniversario significativo: el 1° de agosto de 1917 el Papa Benedicto XV dirigió su célebre “Nota a las potencias beligerantes”, pidiendo que pusieran fin a la Primera Guerra Mundial. El Papa tuvo el coraje de afirmar que se trataba de una “inútil matanza”. “Esas palabras, inútil matanza, contienen también un valor más amplio, profético - explicó Benedicto XVI -, y se pueden aplicar a tantas otros conflictos que siegan innumerables vidas humanas”.
El Santo Padre evidenció que “es necesario aprender de las experiencias negativas que lamentablemente sufrieron nuestros padres, para no repetirlas” y recordó que la Nota del Papa Benedicto XV indicaba también “los caminos para construir una paz ecuánime y duradera... La propuesta de la Santa Sede se orientaba al futuro de Europa y del mundo, según un proyecto cristiano en su inspiración, pero compartido por todos porque estaba fundado en el derecho de las personas. Se trata de la misma línea que los Siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II siguieron en sus memorables discursos en la Asamblea de las Naciones Unidas, repitiendo, en nombre de la Iglesia: ‘¡Nunca más la Guerra!’. Desde este lugar de paz, en el cual más vivamente se advierten los inaceptables horrores de las ‘inútiles matanzas’, renuevo mi llamamiento a seguir con tenacidad el camino del derecho, a rechazar con determinación la carrera armamentista y a rechazar la tentación de afrontar nuevas situaciones con viejos sistemas”.
Después de la oración mariana, el Santo Padre saludó especialmente a los habitantes de Lorenzago y a las distintas Autoridades civiles agradeciéndoles por la acogida recibida. Saludó al Patriarca de Venecia, Cardenal Angelo Scola, al Obispo de Hong Kong, Cardenal Joseph Zen-Kium, al Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Mons. Angelo Bagnasco, al Obispo de Belluno-Feltre, Mons. Giuseppe Andrich, al Obispo de Treviso, Mons. Andrea Bruno Mazzocato, y a los representantes de las Asociaciones laicas y los jóvenes. En fin, Benedicto XVI dirigió un particular saludo al Señor Edoardo Luciani, hermano del Siervo de Dios Juan Pablo I, presente en la oración. (S.L.) (Agencia Fides 23/7/2007 - Líneas: 40 Palabras: 560)


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