VATICANO - Benedicto XVI recita el Ángelus desde el Cadore: “Todo buen cristiano sabe que las vacaciones son un tiempo oportuno para relajarse físicamente y también para alimentar el espíritu a través de espacios más amplios de oración y meditación”- Invitación a los jóvenes para la Jornada

lunes, 16 julio 2007

Lorenzago de Cadore (Agencia Fides) - “Agradezco al Señor que también este año me da la posibilidad de pasar algunos días de descanso en la montaña, y agradezco también a cuantos me han acogido aquí, en Lorenzago, en este panorama encantador que tienen como escenario las cimas del Cadore y donde vino más de una vez también mi amado Predecesor Juan Pablo II”. Con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI si dirigió el domingo 15 a los fieles reunidos para el Ángelus en el Castillo de Mirabello, en Lorenzago de Cadore, en las Dolomitas, cerca de la villa de la diócesis de Treviso que hospeda al Papa para un período de descanso.
El Santo Padre, antes de recitar la oración mariana, subrayó en su discurso los sentimientos de alabanza a Dios por la creación y el significado de las vacaciones: “Ante este espectáculo de prados, bosques, cumbres tendidas al cielo, brota espontáneo en el alma el deseo de alabar a Dios por las maravillas de sus obras, y nuestra admiración por estas bellezas naturales se transforma fácilmente en oración. Cada buen cristiano sabe - continuó el Pontífice - que las vacaciones son un tiempo oportuno para relajar el físico y también para alimentar el espíritu a través de espacios más amplios de oración y de meditación, para crecer en la relación personal con Cristo y adaptarse siempre más a sus enseñanzas”.
Refiriéndose a la liturgia dominical, con el pasaje evangélico del buen samaritano (Cfr Lc 10,25-37), el Papa evidenció que éste nos introduce “en el corazón del mensaje evangélico: el amor hacia Dios y el amor hacia el prójimo... Amar, dice Jesús, es comportarse como el buen samaritano. Nosotros sabemos, por lo demás, que el Buen Samaritano por excelencia es precisamente Él: aún siendo Dios, no dudó en rebajarse hasta hacerse hombre y dar la vida por nosotros. El ‘amor’ es, en consecuencia, el ‘corazón’ de la vida cristiana, de hecho, sólo el amor, suscitado en nosotros por el Espíritu Santo, nos hace testigos de Cristo”.
De este modo, Benedicto XVI anunció, que el 20 de julio se dará a conocer su Mensaje para la XXIII Jornada Mundial de la Juventud, justamente sobre el tema “Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos” (Hech 1, 8). Así el Santo Padre invitó a los jóvenes a prepararse para la gran cita que tendrá lugar en Sydney, en Australia, dentro de un año: “Las comunidades cristianas de esa amada nación están trabajando activamente para acogeros y les estoy agradecido por los esfuerzos organizativos que están realizando. Confiamos a María, a quien mañana invocaremos como Virgen del Monte Carmelo, el camino de preparación y el desarrollo del próximo encuentro de la juventud del mundo entero, al cual os invito, queridos amigos de cada Continente, a participar numerosamente”. (S.L.) (Agenzia Fides 16/7/2007 - Líneas: 36 Palabras:515 )


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