AMERICA/CUBA - “Aparecida fue una hora de gracias de nuestra propia vocación de discípulos de Jesucristo”: afirma el Presidente saliente del CELAM. Carta al Santo Padre de la nueva Presidencia

viernes, 13 julio 2007

La Habana (Agencia Fides) - La nueva Presidencia del CELAM elegida durante los trabajos de la 31 Asamblea Ordinaria (10-13 julio) que está concluyendo en La Habana (Cuba), ha enviado una breve carta al Santo Padre, Benedicto XVI, en la que afirman que “aún bajo la inolvidable vivencia de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe, inaugurada por Su Santidad y de nuestro encuentro fraterno, queremos agradecerle su carta en la cual autoriza la publicación del Documento de Aparecida”. “Con la alegría de los discípulos y pastores misioneros del Señor Jesús - continua el texto - renovados en el corazón misionero, nos comprometemos con nuevo ardor a una evangelización incansable para que nuestros pueblos tengan Vida en Él”.
Continuando los trabajos de la Asamblea del CELAM, el Presidente saliente, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, presentó un informe sobre las actividades realizadas para evaluar el trabajo y programar de cara al futuro. Indicó que durante este periodo han continuado, las reuniones anuales con las Presidencias de las Conferencias Episcopales de Estados Unidos y de Canadá, indicando que estas reuniones son de gran provecho, por varios motivos: “el intercambio de reflexiones e informaciones profundiza la visión pastoral de las Iglesias del Norte para acoger a los millones de “latinos” que las constituyen y para darles la atención pastoral que esperan, despierta nuestra admiración por las Conferencias Episcopales de Estados Unidos y Canadá, que intervienen ante sus gobiernos para que ellos miren con solidaridad hacia el sur y aprueben políticas positivas a favor de los inmigrantes, y enriquece nuestra propia visión pastoral, al conocer los efectos del avances del secularismo, sus causas y la reacción pastoral de las Iglesias hermanas que enfrentan esa situación”.
Según el Cardenal el tema más importante, que ha centrado casi todas las reflexiones y determinaciones de la Presidencia durante los últimos dos años, fue la preparación y la celebración de la V Conferencia General de Aparecida, para lo cual se han llevado a cabo numerosas reuniones de la Presidencia, más que en periodos anteriores. Para el Cardenal Errazuriz una de las claves del éxito de Aparecida es que el evento tuvo una gran participación por parte de todos, mediante la oración, la reflexión. “Sobre todo las comunidades de laicos valoraron mucho la consulta que hicieron los obispos - continuo el Cardenal - , y la voluntad de recibir y acoger las contribuciones de su participación en la V Conferencia General”. Además, según ha señalado el Cardenal, “fueron muchos los fieles que acompañaron el día a día de nuestra oración y de nuestro trabajo en Aparecida mediante el portal electrónico del CELAM (la página web fue visitada por unas 100.000 personas cada día) y a través de diversos canales de televisión”. Otro aspecto importante de esta participación fue la presencia de los laicos, sacerdotes diocesanos, diáconos permanentes, religiosos y religiosas que fueron invitados a Aparecida, quienes “tuvieron una profunda experiencia de sus pastores como hermanos y amigos, sin que ello eclipsara en absoluto su misión de padres y pastores en el nombre del Buen Pastor”.
Después de expresar su gratitud a los dos Pontífices (Juan Pablo II y Benedicto XVI) que “acompañaron y orientaron el trabajo preparatorio y la misma celebración de la V Conferencia General. Con su interés, su aprecio, su sabiduría, sus oportunas decisiones y su magisterio nos estimularon a realizar el trabajo encomendado”, el Cardenal Errázuriz ha subrayado que “Aparecida fue una hora de gracias de nuestra propia vocación de discípulos de Jesucristo”. Para finalizar señaló también que Aparecida es significativa también por la riqueza de las orientaciones pastorales que se formularon, después de recoger las mejores experiencias de las iglesias particulares, proponiendo que “ante los grandes desafíos y las grandes amenazas, los grandes sueños y las grandes dificultades, no reaccionaremos con temor ni con agresividad, sino con “la alegría de ser cristianos”, con un corazón lleno de gratitud por los dones de Dios, a partir de la presencia de Cristo entre nosotros, del amor entrañable a la Sma. Virgen en nuestros países, y del sustrato católico de nuestra cultura”. (RG) (Agencia Fides 13/7/2007 Líneas: 51 Palabras: 703)


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