AMERICA/COLOMBIA - “Obispos y religiosos unidos como Iglesia tenemos un compromiso ineludible, ser testigos de la misericordia de Dios”: Mensaje final de los Obispos al termino de su Asamblea Plenaria

lunes, 9 julio 2007

Bogotá (Agencia Fides) - “Agradecemos a Dios el don dado a su Iglesia en América Latina y de manera particular en Colombia por una presencia viva y centenaria de la Vida Religiosa”, se lee en el Mensaje emitido por los Obispos de Colombia al termino de su Asamblea Plenaria celebrada del 2 al 6 de julio, en la que han reflexionado junto a un grupo representativo de superiores de los Institutos Religiosos trabajan en las jurisdicciones eclesiásticas del país, sobre la Vida Religiosa como don de Dios a la Iglesia. Los Obispos y los religiosos han buscado responder a las preguntas: ¿Qué quiere el Señor hoy de nosotros? ¿Qué nos pide? ¿Cómo vamos a responder conjuntamente?
Recuerdan en primer lugar los Obispos como la implantación de la Iglesia en tierras colombianas se debe sobre todo a los religiosos que fueron sus primeros agentes y los que dieron los primeros pasos para el enraizamiento del Evangelio. “La historia de la Iglesia en Colombia - continua el texto - nos muestra cómo los religiosos en nuestra patria han buscado trabajar por la única Iglesia, teniendo conciencia de que la unidad es un signo fundamental para que los hombres y mujeres de todos los tiempos, puedan llegar a acoger la persona de Jesús como el enviado por el Padre para que el mundo crea (cfr. Jn. 17, 21)”. Reflexionando sobre estos temas, los Obispos y religiosos recuerdan que ambos son llamados “a demostrar de forma radical con nuestra vida la manera de vivir propia de quienes hemos experimentado un encuentro con la persona de Jesucristo, que nos lleva a una opción por la santidad”, santidad que “no se identifica con un quehacer sino con una manera de ser”.
“Discipulado, y misión serán siempre la base de una acción evangelizadora integral donde obispos y religiosos encontraremos un campo para fortalecer la unidad en su plena dimensión”, afirman los Obispos. Sin embargo, dicha unidad no significa uniformidad que empobrecería a la Iglesia, quitándole la riqueza de la múltiple diversidad de la Vida Religiosa. Antes bien, todo instituto religioso con su propia forma de vida “enriquece a la Iglesia mientras tenga en su espíritu la lucha constante por la unidad”. Dentro de este camino de comunión los Obispos proponen buscar siempre en el dialogo la solución a las normales dificultades que siempre surgen y a “colaborarnos mutuamente afirmando nuestra igualdad fundamental como bautizados y reconociendo la diferencia en las funciones por el servicio que prestamos para que el Evangelio sea anunciado a todos los hombres y mujeres”. “Obispos y religiosos unidos como Iglesia tenemos un compromiso ineludible - continua el Mensaje -, ser testigos de la misericordia de Dios. Desunirnos es arruinar la vocación de discípulos y misioneros de Jesucristo”.
Concluyen los Obispos su Mensaje agradeciendo a todos los religiosos por su entrega y generosidad evangélica, por su eficaz labor apostólica, por su vivo testimonio de vida como discípulos y misioneros en comunidad. Y de manera particular agradecen “a las comunidades religiosas que trabajan en los lugares de conflicto y con nuestros hermanos más vulnerables y los exhortamos a seguir trabajando en plena comunión con las Iglesias particulares, educando para la paz”. También un último agradecimiento a los hermanos de los monasterios que se dedican de manera particular a la contemplación cuyo “testimonio plenamente evangélico nos permite seguir afirmando con toda la tradición de la Iglesia que ¡sólo Dios basta!”. (RG) (Agencia Fides 9/7/2007


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