AFRICA/MALAWI - Intenso debate por la apertura de una mina de uranio: desarrollo sí, pero con respeto por el medio ambiente

viernes, 18 mayo 2007

Lilongwe (Agencia Fides) - También la Comisión Episcopal “Justicia y Paz” de Malawi se ha unido a la acción legal promovida por diversas Organizaciones no-gubernamentales para frenar la apertura de una mina de uranio en el país.
Las ONG’s y representantes de la sociedad civil responden al plan ambiental elaborado con vistas a la apertura, en septiembre de 2008, de la mina Kayelekera, en la frontera con Tanzania. Una sociedad australiano ha obtenido la concesión de la obra. En entrevista para la revista católica “The Lamp”, el Comisario para las Minas y Minerales del Ministerio de Recursos Naturales y Mineros, Charles Kaphwiyo, ha recordado cuáles son los riesgos asociados a la extracción de uranio: “El primer peligro de una mina de uranio es el gas radón, que en todo caso es un elemento que se encuentra en todas partes. Pero puede ser controlado fácilmente. El segundo peligro deriva de los líquidos que se usan para extraer el uranio de las rocas. ¿Dónde irán a parar estos ácidos? Sabemos muy bien que las actividades extractivas no deben destruir el ambiente”. Según Kaphwiyo, la sociedad australiana prevé la construcción de dos fosas para la recolección de los ácidos y otros desperdicios de la actividad extractiva; mientras tanto el gobierno tendrá que crear un organismo para controlar el respeto a las normas ambientales nacionales e internacionales.
Los habitantes locales miran con interés las perspectivas económicas de la planta, pero al mismo tiempo están preocupados por el impacto ambiental. Por una parte son unos 800 puestos de trabajo los que se crearían durante la construcción de la planta, y unos 200 los que se emplearían durante las actividades extractivas. La sociedad se ha comprometido además a contribuir en la construcción de una escuela primaria y secundaria, además de un centro médico. Los nuevos ingresos fiscales derivados de los intereses y royalties, serán usados, según Kaphwiyo, “para construir hospitales y otras infraestructuras en el país”. Otros beneficios derivarán también del deducido y de las compras en el mercado local efectuadas por los administradores de la planta. Además, gracias a la minera, cuya explotación está siendo financiada por un grupo de bancas internacionales, Malawi, como afirma el Comisario para las Minas y Minerales, “entrará en el mapa mundial”, abriendo las puertas a ulteriores inversiones extranjeras.
Los opositores del proyecto, por otra parte, ponen el acento sobre los riesgos ambientales, en particular el peligro que representan los diversos fluidos utilizados que podrían terminar en el río North Rukuru, cuyas aguas desembocan en el lago Malawi, pulmón económico del país. Malawi, en efecto, depende de su lago en lo que se refiere al recuerdo hídrico y pesquero, y al turismo. (L.M.) (Agencia Fides 18/5/2007; líneas 33, palabras 461)


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