VATICANO - EL Papa Benedicto XVI en Vigevano y Pavía - "Aquí, ante la tumba de san Agustín, quisiera entregar idealmente a la Iglesia y al mundo mi primera Encíclica, que contiene precisamente este mensaje central del Evangelio: Deus caritas est, Dios es amor"

martes, 24 abril 2007

Pavía (Agencia Fides) - La tarde del domingo 22 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI fue a la universidad de Pavía, "una de las más antiguas e ilustres Universidades italianas", dónde se reunió con el mundo de la cultura. "Toda Universidad tiene una nativa vocación comunitaria - ha recordado el Papa en su discurso a docentes y estudiantes -, ella es en efecto precisamente una universitas, una comunidad de docentes y estudiantes que trabajan en la búsqueda de la verdad y en la adquisición de superiores competencias culturales y profesionales. La centralidad de la persona y la dimensión comunitaria son dos polos esenciales para una válida impostación del universitas studiorum."
De esta impostación emanan algunas aplicaciones indicadas por el Papa: "sólo poniendo a la persona en el centro y valorizando el diálogo y las relaciones interpersonales se puede superar la fragmentación especializada de las disciplinas y recobrar la perspectiva unitaria del saber… En segundo lugar, es de fundamental importancia que el empeño de la investigación científica pueda abrirse a la pregunta existencial sobre el sentido de la vida misma de la persona… En tercer lugar, sólo valorizando la persona y las relaciones interpersonales, la relación didáctica puede convertirse en relación educativa, un camino de maduración humana". Refiriéndose a San Agustín, copatrono de la universidad, el Santo Padre ha recordado que su recorrido existencial e intelectual testimonia "la fecunda interacción entre fe y cultura. San Agustín fue un hombre animado por un incansable deseo de encontrar la verdad, de encontrar qué es la vida, de saber cómo vivir, de conocer al hombre. Y precisamente a causa de su pasión por el hombre necesariamente buscaba a Dios, porque sólo en la luz de Dios también se ve claramente la grandeza del hombre, la belleza de la aventura de ser hombre". San Agustín pasó de una vida programada sobre la búsqueda a una vida totalmente entregada a Cristo y así a una vida para los otros, ha concluido el Papa, deseando que sea "modelo de diálogo entre la razón y la fe, modelo de un diálogo amplio, que sólo puede buscar la verdad y de este modo también la paz", y que "la universidad de Pavía siempre se distinga por una especial atención a la persona, por una marcada dimensión comunitaria en la investigación científica y por un fecundo diálogo entre la fe y la cultura."
Una vez abandonada la universidad, el Pontífice se acercó a la Basílica de San Pietro en Ciel d’Oro, dónde estaban reunidos sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos consagrados y seminaristas, para la Celebración de los Segundas Vísperas, en el curso de las cuales el Papa incensó la urna con las Reliquias de San Agustín, custodiadas en este templo. En la homilía del momento conclusivo de su visita pastoral, el Santo Padre expresó los motivos que lo han conducido a Pavía, a venerar los restos mortales de San Agustín: "para expresar tanto el homenaje de toda la Iglesia católica a uno de sus 'padres' más grandes tanto mi personal devoción y gratitud hacia el que tanto ha tenido que ver en mi vida de teólogo y pastor, e incluso antes como hombre y sacerdote”. Del sepulcro del "Doctor gratiae", el Papa Benedicto XVI ha querido reenvidar "un mensaje significativo para el camino de la Iglesia" que viene del encuentro entre la Palabra de Dios y la experiencia personal del Obispo de Hipona: San Agustín encontró en Jesucristo, Verbo encarnado, Cordero inmolado y resucitado, la revelación del rostro de Dios Amor. El Papa ha continuado después: "Aquí, ante la tumba de San Agustín, quisiera entregar idealmente a la Iglesia y al mundo mi primera Encíclica, que contiene precisamente este mensaje central del Evangelio: Deus caritas est, Dios es amor (1 Jn 4,8.16). Esta Encíclica, sobre todo su primera parte, es abundantemente deudora del pensamiento de San Agustín, que fue un enamorado del amor de Dios, y lo ha cantado, meditado, predicado en todos sus escritos, y sobre todo testimoniado en su ministerio pastoral". Situándose en la estela de las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de sus Predecesores, Benedicto XVI se ha mostrado convencido de "que la humanidad contemporánea necesita este mensaje esencial, encarnado en Cristo Jesús: Dios es amor. Todo debe partir de aquí y todo debe llevar a … He aquí entonces el mensaje que continua repitiendo hoy San Agustín a toda la Iglesia y, en particular, a esta Comunidad diocesana que custodia sus reliquias con tanta veneración: el amor es el alma de la vida de la Iglesia y de su acción pastoral." La secuela de Cristo "es ante todo cuestión de amor" ha recordado el Papa, exhortando a la Iglesia diocesana a seguir las huellas de San Agustín, anunciando "con franqueza la "alegre noticia" de Cristo, su propuesta de vida, su mensaje de reconciliación y perdón". A continuación, apreciando el objetivo pastoral de conducir a las personas a la madurez cristiana, el Papa ha subrayado que "la Iglesia no es una sencilla organización de manifestaciones colectivas ni, al contrario, la suma de individuos que viven una religiosidad privada. La Iglesia es una comunidad de personas que creen en el Dios de Jesucristo y se empeñan en vivir en el mundo el mandamiento de la caridad que Él nos dejó". Después de haber animado a todos "a progresar en el testimonio personal y comunitario del amor laborioso", el Papa ha concluido la homilía con esta invitación: "Salgamos de aquí llevando en el corazón la alegría de ser discípulos del amor."
Al término de la Celebración, el Papa ha saludado a la Comunidad de los Agustinos y, a la salida de la Basílica, ha dirigido un breve saludo a los numerosos niños presentes. Después ha abandonado Pavía en helicóptero para regresar a Roma. (S.L) (Agencia Fides 24/4/2007 - Líneas: 66 Palabras: 998)


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