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Brazzaville (Agencia Fides) - La pobreza ha sido al centro de la 35ª Asamblea Plenaria anual de la Conferencia Episcopal de la República del Congo (Congo Brazzaville) que se ha tenido del 16 al 22 de abril en las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y Maria en Brazzaville. Según un comunicado enviado a la Agencia Fides, entre las cuestiones afrontadas por la Plenaria estaban: la lucha a la pobreza a la luz de la doctrina social de la Iglesia; las próximas elecciones legislativas; el deterioro del entorno natural y sus consecuencias sobre el bienestar de la población.
Los Obispos, después de haber examinado la investigación sobre la pobreza realizada de Caritas Congo y la Comisión "Justicia y Paz", han difundido un mensaje titulado "La cuestión social en Congo: lucha contra la pobreza". En el documento se corrobora que "la Iglesia se interesa por el pobre porque se trata de una dimensión constitutiva de su misión. El pobre siempre ha estado en el corazón de la Iglesia".
Los cristianos son llamados a movilizarse para rendir justicia en base a los principios fundamentales del cristianismo: "la dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, el principio del bien común, el destino universal de los bienes de la tierra, el principio de solidaridad. La Iglesia, siendo el cuerpo de Cristo, tiene la vocación de continuar la obra de su Fundador y ayudar al pobre. No puede ser de otro modo".
En cuanto al análisis de la situación congoleña, el documento afirma que "la pobreza es multidimensional. Puede ser material, económica, moral y social". La pobreza en el Congo es en primer lugar económica y material: "muchos de nuestros conciudadanos viven en la precariedad de manera dramática, y en condiciones indignas y deplorables. Nuestra investigación en las diversas diócesis ha revelado que existen en nuestro País situaciones de pobreza extrema. En el 2000 las instituciones internacionales afirmaron que más del 70% de los congoleños viven por debajo del umbral de pobreza con menos de un dólar al día."
También existe una pobreza social: falta de acceso a la instrucción y a la salud, falta de acceso al agua potable y a la electricidad, condiciones higiénicas insuficientes.
Los Obispos distinguen las causas de la pobreza en dos categorías: endógenas y exógenas. Entre los primeras están: "las dificultades de acceso al empleo; el bajo poder de adquisición; el abandono por parte del Estado de sus responsabilidades; la inconsciencia profesional y la corrupción generalizada; la complicidad en las maquinaciones financieras; la inestabilidad política; la ignorancia, el analfabetismo". Las causas exógenas derivan "esencialmente de la desigualdad en los términos del intercambio: los productores de materias primeras no son responsables de la determinación de los precios en los mercados internacionales."
Frente a esta situación, los Obispos vuelven a llamar a la responsabilidad de todos: "estamos todos invitados, cada uno según sus capacidades, a cambiar nuestros modos de vida y a comprometernos resueltamente en la lucha contra la pobreza, a abolir toda forma de sumisión. Pensamos en particular en nuestros hermanos y hermanas, los pigmeos, todavía marginados y explotados". (L.M) (Agencia Fides 24/4/2007 Líneas: 40 Palabras: 535)
