VATICANO - "La vocación al servicio de la Iglesia comunión": Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la 44ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

martes, 24 abril 2007

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El domingo el 29 de abril de 2007, IV domingo de Pascua, se celebra la 44ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones sobre el tema: "La vocación al servicio de la Iglesia comunión". El Santo Padre Benedicto XVI ha enviado para la ocasión un Mensaje en el que subraya que se trata de " una buena oportunidad para subrayar la importancia de las vocaciones en la vida y en la misión de la Iglesia, e intensificar la oración para que aumenten en número y en calidad”.
Recordando que "Dios siempre ha escogido a algunas personas para colaborar de manera más directa con Él en la realización de su plan de salvación", el Santo Padre cita a Abraham, Moisés, los profetas. " En el Nuevo Testamento, Jesús, el Mesías prometido, invitó personalmente a los Apóstoles a estar con él (cf Mc 3, 14) y compartir su misión. En la Última Cena, confiándoles el encargo de perpetuar el memorial de su muerte y resurrección hasta su glorioso retorno al final de los tiempos, dirigió por ellos al Padre esta ardiente invocación: «Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo esté con ellos» (Jn 17, 26). La misión de la Iglesia se funda por tanto en una íntima y fiel comunión con Dios”.
El Mensaje pone a continuación en evidencia que "la Eucaristía es el manantial de aquella unidad eclesial por la que Jesús oró en la vigilia de su pasión", y es precisamente esta intensa comunión la que favorece el florecimiento de las vocaciones al servicio de la Iglesia: "el corazón del creyente, lleno de amor divino, se ve empujado a dedicarse totalmente a la causa del Reino. Para promover vocaciones es por tanto importante una pastoral atenta al misterio de la Iglesia! comunión, porque quien vive en una comunidad eclesial concorde, corresponsable, atenta, aprende ciertamente con más facilidad a discernir la llamada del Señor". El Santo Padre recuerda que el cuidado de las vocaciones exige "una constante 'educación' para escuchar la voz de Dios" y eso sólo puede ocurrir en un clima de íntima comunión con Dios. "Y esto se realiza ante todo en la oración. Según el explícito mandato del Señor, hemos de implorar el don de la vocación en primer lugar rezando incansablemente y juntos al «dueño de la mies»... El buen Pastor nos invita pues a rezar al Padre celestial, a rezar unidos y con insistencia, para que Él envíe vocaciones al servició de la Iglesia-comunión”.
El Santo Padre recuerda como el Concilio Vaticano II recuerda la importancia de "educar a los futuros presbíteros en una auténtica comunión eclesial" y también los documentos siguientes ponen en evidencia como es indispensable que "dentro del pueblo cristiano todo ministerio y carisma esté orientado hacia la plena comunión, y el obispo y los presbíteros han de favorecerla en armonía con toda otra vocación y servicio eclesial". Recordando que la Eucaristía es el centro de toda comunidad cristiana, fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia, el Mensaje afirma: "Quien se pone al servicio del Evangelio, si vive de la Eucaristía, avanza en el amor a Dios y al prójimo y contribuye así a construir la Iglesia como comunión". En la Encíclica Deus caritas est, el Papa Benedicto XVI ha recordado que "las vocaciones al sacerdocio y a los otros ministerios y servicios florecen dentro del pueblo de Dios allí donde hay hombres en los cuales Cristo se vislumbra a través de su Palabra, en los sacramentos y especialmente en la Eucaristía”.
En la última parte del Mensaje, el Pontífice se dirige a Maria, "para que ayude a la Iglesia a ser en el mundo de hoy icono de la Trinidad, signo elocuente del amor divino a todos los hombres", para que interceda "para que no falten en el pueblo cristiano servidores de la alegría divina: sacerdotes que, en comunión con sus Obispos, anuncien fielmente el Evangelio y celebren los sacramentos, cuidando al pueblo de Dios, y estén dispuestos a evangelizar a toda la humanidad", y aumente el número de las personas consagradas que " den testimonio profético de Cristo y de su mensaje liberador de salvación". (S.L) (Agencia Fides 24/4/2007, Líneas: 49 Palabras: 742)


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