ASIA/COREA DEL SUR - Un viaje por el desierto hacia la unidad y la paz: mensaje del arzobispo de Seúl por la Asunción

Seúl (Agencia Fides) – La vida de cada cristiano es, como la llama la Sagrada Escritura, «un viaje por el desierto». «Incluso para quienes creen en Dios y siguen el Evangelio, el camino rara vez es un tránsito directo de la luz a la luz. Más bien, suele ser una peregrinación exigente, marcada por la lucha constante entre la oscuridad y la luz, entre los valores del mundo y los del Evangelio, entre la venganza y el perdón. Sin embargo, así como la Virgen María soportó su propio desierto con la ayuda de Dios, también nosotros podemos encontrar Su mano que nos guía a lo largo del camino». Con estas palabras, el arzobispo Peter Soon-taick Chung, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, se dirige a los fieles en su mensaje para la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, difundido el 13 de agosto por la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis.

En su mensaje, el arzobispo Chung, evocando el itinerario del Año Jubilar como «peregrinos de la esperanza», recuerda que «el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento vagó por el desierto hacia la Tierra Prometida, y también la Santísima Virgen María atravesó largos períodos de prueba y silencio en su vida diaria, con paciencia y humildad». «También nosotros –prosigue- debemos, en ocasiones, pasar por lugares áridos antes de llegar a la casa del Padre, donde Cristo nos precede para prepararnos una morada. Dios no siempre elimina todas las pruebas de inmediato, pero nos concede la gracia y la fuerza para resistir, y nos promete acompañarnos sin descanso a lo largo del camino».

El arzobispo actualiza esta reflexión en el contexto de la península coreana: «En los últimos días se han registrado pequeños pero significativos cambios en las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur. Cuando nuestro Gobierno decidió interrumpir las transmisiones por altavoz hacia el Norte, para proteger a las comunidades fronterizas y reducir las tensiones, el Norte respondió suspendiendo sus emisiones hacia el Sur». «Toda transformación comienza con pequeños gestos de decisión y valentía. Que este cambio, aunque parezca modesto, sea el primer paso para que nuestra nación herida atraviese su desierto y alcance la promesa de paz», exhorta.

En la reciente Jornada de Oración por la Reconciliación y la Unidad del Pueblo Coreano, la comunidad ha meditado sobre las palabras: «Dadles vosotros de comer» (véase Fides 9/8/2025). «Nos hemos comprometido -recuerda Mons. Chung- a vivir un espíritu de mutuo compartir. Por pequeñas que sean nuestras ofrendas, si nacen de una caridad auténtica, el Señor podrá obrar grandes maravillas a través de ellas», invitando a los fieles a perseverar en la oración y en la práctica de actos de caridad material y espiritual.

«En toda dificultad y prueba –concluye- mantengamos viva la esperanza, confiando plenamente en el Señor, que nos conduce a la patria celestial. Y pidamos, sobre todo, la intercesión de la Virgen María, asumida al cielo, para que se acuerde de nosotros, que la buscamos en medio del desierto, y obtenga para nuestra nación la gracia de reencontrar la unidad y alcanzar una paz duradera».
(PA) (Agencia Fides 13/8/2025)

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