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Mandalay (Agencia Fides) - Nueve personas acusadas del asesinato del sacerdote católico Donald Martin Ye Naing Win, asesinado el 14 de febrero de 2025, han sido condenadas a 20 años de prisión por un tribunal vinculado al Ministerio de Justicia del Gobierno de Unidad Nacional (NUG), el ejecutivo en el exilio que lidera la oposición birmana. El sacerdote, de 44 años, perteneciente a la archidiócesis de Mandalay, fue asesinado por hombres armados en el recinto de la iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en el distrito de Shwe Bo, en la región de Sagaing (véase Fides 15/2/2025).
Según las primeras investigaciones, los asesinos formaban parte de grupos armados locales vinculados a las Fuerzas de Defensa Popular (People's Defence Forces, PDF), las fuerzas de resistencia birmana que controlan los territorios denominados “zonas liberadas”, sustraídos al control de la junta militar birmana. Las PDF dependen del Gobierno de Unidad Nacional (NUG), en el exilio, que incluye a numerosos miembros del Parlamento derrocado por la junta militar tras el golpe de Estado de febrero de 2021.
Fuentes locales han confirmado a Fides que fueron las propias Fuerzas de Defensa Popular quienes localizaron y detuvieron a los agresores. “De alguna manera, las propias PDF intentaron llevar ante la justicia a los hombres armados que, en la situación de inestabilidad generalizada, se encuentran fuera de control. Sin embargo, aún no están claras las razones del asesinato”, señalan nuestras fuentes.
“Sabemos que don Donald era un hombre de Dios, un párroco dedicado a la gente, una persona buena y sincera que se había comprometido, sobre todo, en la educación de los niños que se habían quedado sin escuela a causa de la guerra civil. No había hecho nada malo”, afirma el padre John, sacerdote de Mandalay. En la comunidad católica local se vive una moderada satisfacción por esta condena, ya que se esperaba justicia, aunque “todavía quedan demasiadas preguntas sin respuesta, la familia también querría más claridad y justicia plena”, subraya el sacerdote.
La sentencia del tribunal informal vinculado al NUG ha sido posible porque en la región de Sagaing, afectada por los enfrentamientos entre el ejército birmano y las fuerzas de la resistencia, el sistema estatal se ha derrumbado, dando paso a la creación de un “Estado paralelo” por parte de la resistencia. Aunque no existe un marco jurídico plenamente definido, en las zonas liberadas funcionan tribunales con jueces de distrito que celebran juicios basándose, por un lado, en las leyes promulgadas o modificadas por el ejército en los últimos años y, por otro, en normas internacionales sobre derechos humanos. Actualmente, en estas zonas, los jueces de distrito también tienen autoridad para imponer la pena de muerte.
(PA) (Agencia Fides 17/7/2025)