ÁFRICA/EGIPTO - Aquí la oración se hace vida y la vida se hace oración

Por Anselmo Fabiano*

Kom Ghareeb (Agencia Fides) – Aquí las temperaturas ya rozan los 30 grados. En los últimos días hemos vivido una tormenta de arena, una de esas escenas de película, con polvo y arena que lo cubren todo, incluso el sol. Afortunadamente sólo duró unas horas, porque moverse en esas condiciones se vuelve complicado y peligros.

Las actividades de nuestra parroquia de la Virgen María continúan bien acompañadas por la alegría del Señor Resucitado, después de la intensa semana de Pascua. Una semana en la que realmente rezamos mucho, entre diversas celebraciones, ritos y misas. Una riqueza extraordinaria que me ha dado la oportunidad de compartir la fe auténtica y profunda de este pueblo.

Todo era nuevo para mí y así, como un niño, he descubierto nuevos ritos, oraciones y signos, intentando captar sus significados más profundos. Sin duda, ha sido una experiencia de fe inolvidable y profundamente enriquecedora.

Me ha conmovió mucho la oración del Viernes Santo, cuando el sacerdote, en un rito muy especial, ungió el icono de la muerte de Jesús con perfume de nardo y diversos aceites. El perfume llenó la iglesia y nos permitió, cerrando los ojos, reunirnos en oración junto a María, y sentirnos casi físicamente cerca de ella. Compartimos este intenso momento de fe ante el cuerpo de Jesús muerto, acariciado con afecto por María y depositado después cuidadosamente en el sepulcro, viviendo el gran misterio de nuestra salvación.

Es María quien nos sigue acompañando en nuestro camino en este mes de mayo, a ella dedicado. También desde Egipto, el rezo del Santo Rosario nos une y nos permite rezar por el mundo entero y, especialmente, por la Iglesia, llamada a elegir un nuevo Papa. Aquí la oración se hace vida y la vida se hace oración.

Los niños y los jóvenes rezan por sus exámenes de fin de curso, para que puedan terminar lo mejor posible sus trabajos escolares. Me los encuentro por la mañana cuando van al colegio: vienen a saludar a Jesús en la iglesia y siempre están alegres, aunque quizás un poco preocupados y emocionados. Por su parte, la oración de los adultos es una invocación por la cosecha de los campos, especialmente del trigo, para que dé buenos frutos y garantice una buena cosecha suficiente para todo el año.

Yo también intento, a mi pequeña manera, llevar a la oración los rostros de las personas que encuentro, las que llevo en el corazón, y al mismo tiempo transformar mi vida cotidiana en oración, dando gracias a Dios por todo lo bueno y, a veces, fatigoso que pone en mi camino.
(Agencia Fides 6/5/2025)

*Misionero SMA en Egipto

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