ASIA/MALASIA - La fiesta de fin de Ramadán vivida "en el verdadero espíritu de Pascua, para celebrar un amanecer de paz y fraternidad

lunes, 8 abril 2024 islam   diálogo   ramadán  

Miri (Agencia Fides) - En Miri, ciudad malaya de la provincia de Sarawak (en el Borneo malayo) la mezquita "Masjid An Naim" y la iglesia anglicana del Buen Pastor se encuentran a menos de 100 metros de distancia entre sí. Las dos comunidades se dan la bienvenida mutuamente. Los viernes, la iglesia abre su puerta para que los musulmanes puedan aparcar sus vehículos durante la oración, mientras que los domingos, la mezquita hace lo mismo. Los fieles cristianos de la iglesia y los musulmanes de la mezquita se reúnen en ocasiones especiales para celebrar las fiestas religiosas de unos y otros. Es el espíritu de diálogo y cercanía interreligiosos que ha caracterizado el tiempo del mes sagrado del Ramadán y su conclusión (entre el 8 y el 10 de abril), la celebración del Id-al-fitr, en numerosas localidades de Malasia, país multicultural y multirreligioso. Las reuniones conjuntas han consagrado el vínculo especial que se ha desarrollado, en particular, entre las comunidades cristiana y musulmana de la provincia de Sarawak.

Según la información de la Agencia Fides, las comunidades religiosas de Miri comparten hoy espacios, instalaciones, eventos "y para ellos es tan natural que forma parte de su modo de vida cotidiano", explica el Arzobispo de Kuching, Simon Poh Hoon Seng, señalando que el pueblo de Sarawak "demuestra que es realmente una gran familia, no en los eslóganes sino en la experiencia de la vida cotidiana". Los fieles católicos se han unido a los musulmanes en varios momentos del Ramadán, y lo hacen también al celebrar el final del mes sagrado, en la fiesta del Id al-Fitr. Además, lo hacen en el espíritu de la Pascua, "cuyo auténtico significado es celebrar un nuevo amanecer de paz, fraternidad y amor mutuo con un Dios resucitado de una tumba donde la muerte ha sido derrotada", afirma el Arzobispo.

No hay que olvidar, prosigue, que "la intolerancia racial y religiosa sigue manifestándose de vez en cuando en el país, con actos de hostilidad que crean tensiones y divisiones en el seno de la sociedad". Pero precisamente por ello, señala, "es necesario un mayor entendimiento y respeto de la diversidad que existe en nuestro país y, trabajar por la armonía".

El arzobispo Simon Poh explica que visitó el Centro de Información del Estado Islámico el Viernes Santo y compartió la celebración espiritual del ayuno "en un espíritu de fraternidad, amistad y fortalecimiento de la comprensión y el respeto mutuos". También presentó el Mensaje del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano para el mes de Ramadán e Id al-Fitr, titulado "Cristianos y musulmanes: apagar el fuego de la guerra y encender la vela de la paz", en el que se invita a "mirar juntos al Todopoderoso como Dios de paz, fuente de paz, que ama de manera especial a todos los que dedican su vida al servicio de la paz".

Por último, el obispo Poh afirma que la fe en Cristo se expresa concretamente amando a Dios y sirviendo al prójimo, contribuyendo al "bien común" de la sociedad al desear "a los hermanos y hermanas de otras religiones paz, alegría y esperanza, compartiendo la labor de hacer de nuestra nación y nuestro mundo un lugar mejor para todos".

El Consejo de Ancianos Musulmanes de Kuala Lumpur ha organizado un gran "Iftar interreligioso", con la participación de numerosos líderes cristianos, entre ellos el arzobispo de Kuala Lumpur, Julian Leow. Numerosos dignatarios musulmanes han subrayado la importancia del diálogo interreligioso en la creación de la paz y han pedido a los fieles que se esfuercen por conocer a personas de otras religiones. Los fieles cristianos presentes han apreciado la oportunidad de reunirse con personas de distintos orígenes, subrayando la importancia de promover el entendimiento y la cooperación entre las distintas comunidades religiosas. El Consejo de Ancianos Musulmanes ha destacado la importancia vital de mantener la paz y la aceptación mutua en la sociedad malaya. En un mundo atormentado por las guerras y la discordia, la celebración del final del Ramadán "representa un recordatorio conmovedor de nuestra humanidad común, que ilustra la profunda capacidad de unidad y compasión entre todas las personas y pueblos", ha declarado el Consejo.
(PA) (Agencia Fides 8/4/2024)


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