ASIA/FILIPINAS -La Iglesia junto a los tribales, ante los abusos en el paraíso turístico de Boracay

jueves, 28 febrero 2013

Boracay (Agencia Fides) – La isla filipina de Boracay es un paraíso turístico, una isla que posee las playas entre las más bellas y solicitadas del sudeste asiático. Pero es también escenario de abusos y violencia que sufren los pueblos indígenas de la isla, la tribu Ati: con ellos está la Iglesia de Filipinas, para defender las prerrogativas, derechos y proteger su misma existencia. Lo comunica a la Agencia Fides el Obispo Sergio Utleg, Presidente de la Comisión de los Obispos filipinos para los pueblos indígenas, al día siguiente del asesinato deo Dexter Condez, líder tribal y portavoz de la comunidad Ati de Boracay, asesinado el 22 de febrero: la policía local ha arrestado y acusado de homicidio a Daniele Celestino, guardia de seguridad de una cadena de hoteles en Boracay.
En declaraciones a la Agencia Fides, el Obispo Utleg dice sobre el episodio: “Es uno de los episodios que ponen de relieve lo que está ocurriendo en esa zona; a raíz de la amplia promoción del turismo, estos pueblos tribales, que eran los primeros pobladores de la isla, son amenazados, maltratados, privados de sus derechos. Su tierra es ocupada y el objetivo es expulsarlos del todo”.
“Como Iglesia - continúa el Obispo - estamos cerca de los indígenas a través de grupos de apostolado, de pastoral y de acción social en la diócesis de Kalibo, a la que pertenece Boracay. Nosotros tratamos de defender sus derechos y sus vidas. Ellos son nuestros hermanos y hermanas, personas inocentes e indefensas ante los abusos. Episodios como este ocurren también a los líderes de otras tribus en otras partes del país, como la isla de Mindanao. Estamos a su lado y pedimos al gobierno de Manila que proteja la dignidad y los derechos de estas poblaciones”.
Los indígenas Ati en Boracay son unos 2.000 y reclaman el "dominio ancestral” de las tierras, lamentando la destrucción del paisaje y del medio ambiente por culpa de los planes de construcción promovidos por empresas extranjeras y apoyados por las instituciones. En enero de 2011, la Comisión Nacional para los Pueblos Indígenas del Gobierno de Filipinas ha adjudicado a los Ati dos hectáreas de terreno en Boracay, clasificándolas como “dominio ancestral”, en comparación con más de las mil hectáreas destinadas a los resort turísticos. En el territorio de la isla han iniciado obras públicas, carreteras o construcciones privadas. El asunto ha sido llevado ante el Congreso de Filipinas, pero después de dos años, todavía no hay respuesta. (PA) (Agencia Fides 28/2/2013)


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