ASIA/CHINA - Luto en el episcopado

sábado, 16 febrero 2013

Yinchuan (Agencia Fides) - El pasado 4 de febrero, ha muerto Su Exc. Mons. John Baptist Liu Jingshan, Obispo emérito de la Diócesis de Yinchuan (Ningsia) en la Región Autónoma de Ningxia (China continental). El Prelado tenía casi 100 años. Nació el 24 de octubre de 1913 en una familia católica de la diócesis de Bameng, en la Mongolia Interna. A los dieciséis años comenzó su camino vocacional en el seminario menor, pasando luego a la formación filosófica y teológica en el Seminario mayor desde 1935 hasta 1942, durante la ocupación japonesa. Ordenado sacerdote en 1942, trabajó primero como párroco, y más tarde en el seminario menor. En 1951 fue encarcelado y enviado a un campo de trabajo, donde permaneció, pastoreando cerdos, durante casi veinte años. Liberado en 1970, siguió trabajando durante varios años como granjero en su casa de campo. En 1979 retomó su trabajo pastoral y de enseñanza. Considerado como un “criminal político”, en 1983, a la edad de setenta años, fue enviado a hacerse cargo de la diócesis de Yinchuan, donde él solía decir: “Todavía tengo que hacer algo por el Señor: encontrar la manera de construir la iglesia”.
En tres años terminó la construcción de la catedral. El 1 de agosto de 1993 fue ordenado Obispo. El 21 de diciembre de 2007 tomó parte en la ordenación de su coadjutor, Su Exc. Mons. Joseph Li Jing. Mons. Liu, verdadero padre de la Iglesia en la Región Autónoma de Ningxia, es recordado por su trabajo tenaz de reconstrucción de la iglesia después de los duros años de la Revolución Cultural, en una vasta región con gran presencia musulmana, de clima duro e incómodo.
El anciano prelado solía decir a sus interlocutores: “A pesar de haber pasado 19 años en prisión, amo a mi país. Y no sólo el país, amo también a mi Iglesia”. Desgastandose como se le permitía, incluso viajando distancias de varios kilómetros en bicicleta para servir a los fieles y recoger los pocos recursos, Mons. Liu permitió el renacimiento material y espiritual de la Iglesia, en una región donde el catolicismo había sido casi completamente destruido.
A su llegada, la diócesis de Yinchuan sólo tenía dos sacerdotes y un pequeño trozo de tierra edificable: en la actualidad cuenta con 15.000 católicos, asistidos por 12 sacerdotes en 14 iglesias y unas veinte religiosas de dos congregaciones diferentes. El funeral se celebró el 8 de febrero en la Catedral de Yinchuan, y fue enterrado en la iglesia de Xuhezhuang, Helan. Mons. Liu, uno de los últimos sacerdotes ordenados antes de la llegada del comunismo a China, no sólo es testigo ejemplar de una época en la que los católicos podían profesar libremente su fidelidad al Santo Padre, sino también de los momentos de la dura prueba. (Agencia Fides 16/02/2013)


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