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Johannesburg (Agencia Fides) - “Es muy extraño que se acuse a los mineros por las muertes del 16 de agosto y no a los policías que dispararon balas reales contra los manifestantes”, dice a Fides Su Exc. Mons. Kevin Dowling, Obispo de Rustenburg, al comentar la acusación de asesinato contra 270 mineros, compañeros de aquellos asesinados por la policía el 16 de agosto en la mina de platino de Marikana. La fiscalía local de hecho ha acusado a los 270 trabajadores, que aún están en prisión, incluidos aquellos que no estaban armados o que estaban en los margenes de la multitud que se enfrentó con la policía, la cuál disparó contra los manifestantes, matando a 34. En algunos enfrentamientos previos habían muerto otras 10 personas, entre ellas dos policías.
“La investigación de la conducta de la policía todavía está abierta, así que hay que esperar para ver si conducirá a una acusación contra los miembros de la policía”, añade el Obispo. Mientras tanto, se han suspendido las conversaciones entre los directivos de la mina, los sindicatos y los mediadores del gobierno para llegar a un acuerdo que permita resolver la crisis. Las conversaciones se reanudarán el lunes, 3 de septiembre. “Esperemos que sea bueno, pero la negociación va muy lentamente. Además es probable que la acusación contra los mineros lleve a más protestas. La situación sigue siendo muy frágil” concluye Mons. Dowling. (L.M.) (Agencia Fides 31/8/2012)
