ÁFRICA - ¡Y sin embargo se mueve! No solo Europa y Estados Unidos, sino también América Latina, Rusia y Asia en África por negocios

viernes, 1 septiembre 2006

Roma (Agencia Fides)- África, por siglos atada económicamente a Europa y luego a América del Norte, está diversificando sus relaciones económicas a otras áreas del mundo. Se trata de cambios impuestos por las nuevas relaciones entre fuerzas económicas en un mundo cada vez más globalizado, donde países como China, Japón, Corea del Sur, y en perspectiva India y Brasil son ahora los mayores proveedores de bienes de consumo de la entera humanidad.
Para producir se necesitan materia prima y energía, pero también nuevos mercados donde vender los productos manufacturados. Por esto África en los últimos tiempos está al centro de la atención de los distintos gobiernos. Se perfilan escenarios inéditos, se trazan nuevas alianzas económicas y políticas. Desde hace años por ejemplo se habla de un posible “eje” entre India, Brasil y Sudáfrica, países en vigoroso crecimiento económico, dotados de fuertes ambiciones políticas, estratégicas (incluida la conquista del espacio) y deseosos de crear sinergias con las respectivas capacidades.
Justamente a Sudáfrica, principal potencia económica y política al sur del Sahara, se dirigirá en visita la próxima semana el Presidente ruso Vladimir Putin. Al centro de los coloquios con la dirigencia sudafricana se encontrarán temas económicos, particularmente la colaboración en la explotación de metales estratégicos. Rusia, que justo en estos días, ha creado un nuevo gigante industrial del aluminio, ha ya invertido en diversas industrias extractivas sudafricanas. El magnate ruso Viktor Vekselberg controla el 49% de la sudafricana “United Manganese of Kalahari”, mientras el gigante ruso del acero Evraz ha relevado el año pasado a Highveld, el segundo productor sudafricano de acero y primer proveedor mundial de vanadio, mineral estratégico utilizado para reforzar los aceros especiales. Rusia quiere tratar de establecer con Sudáfrica una alianza estratégica en el sector de los metales, siguiendo el modelo de la alianza creada en el sector gas entre el gigante ruso Gazprom y la algerina Sonatrach.
En África, se difunde asimismo la colaboración sur-sur, en particular entre los Estados de América Latina y los africanos. Angola es uno de los países más involucrados en estos proyectos. Brasil, que ha invertido también en la industria del diamante local, mira con creciente interés a la producción petrolífera angoleña, entre otras cosas porque del punto de vista geológico, los dos países pertenecen a la misma cuenca. Los expertos que buscan el petróleo en Angola y los que operan en Brasil trabajan sobre la misma configuración geológica y pueden por lo tanto intercambiar datos preciosos sobre la conformación de las faldas petrolíferas. Pero también Venezuela, a su vez productor de petróleo, está tratando de entrar en el juego prometiendo al gobierno angoleño de proveerlo con tecnología para reforzar la industria petrolífera local.
En resumen, tantos juegos están abiertos y otros se abrirán por el control de los recursos africanos. La nueva clase dirigente africana puede ahora aprovechar de esta ocasión para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones locales. (L.M.) (Agencia Fides 1/9/2006)


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