Luanda (Agencia Fides)- Más de mil ex-guerrilleros de la disuelta ala militar de la UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola) benefician de un programa de desarrollo agrícola de la Caritas de Saurimo, en la provincia de Lunda-Sul, en el nordeste de Angola. El programa, que involucra también a la agencia local para la reinserción de los ex-combatientes, prevé la distribución de kit de herramientas agrícolas, semillas y fertilizantes para hacer posible que los ex-combatientes puedan proveer al sustento de sus familias a través de la agricultura.
Está prevista asimismo la construcción de una escuela con 10 aulas y un “jango comunitário” (una institución educativa tradicional presente en la mayor parte de Angola cuyo objetivo es el de transmitir los valores históricos, culturales y éticos de los ancianos a los jóvenes) en un barrio de Itengo (a 50 kilómetros de Saurimo).
En una primera fase el programa involucra sobre todo a las ciudades de Saurimo y Cacolo. “Esperamos que la mayor parte de estos ex-combatientes puedan ser reinsertados en las comunidades locales, convirtiéndose en personas autosuficientes” afirma Mons. Eugenio Dal Corso, Obispo de Saurimo. Según Mons. Dal Corso el proyecto de reintegración durará 12 meses.
La mayor parte de los ex-combatientes del ala militar de la UNITA son originarios de familias campesinas “y sabemos cuanto es importante reintegrar a estas personas en su contexto social de origen” afirma el Obispo de Saurimo.
La guerra civil angoleña, que estalló en 1975, se concluyó, luego de diversos acontecimientos, en 2002, después de la muerte de Jonas Savimbi, líder de la UNITA. La nueva dirigencia de la organización decidió disolver el ala militar y presentarse a las elecciones como partido político. El conflicto dejó destrucciones inmensas, millones de prófugos y miles de combatientes por reintegrar en la sociedad civil, mientras permanecen diseminadas en los campos millones de minas y otros artefactos explosivos. A pesar de la paz, las condiciones de vida de la mayor parte de los angoleños continúan siendo dramáticas. Justamente en estos días, “Médicos sin fronteras” ha lanzado la alarma sobre la alta tasa de mortalidad infantil en el país africano. Según el estudio realizado por la Organización No Gubernativa francesa, desde enero hasta abril de 2006 en Xa-Muteba, en la provincia de Lunda Norte (nordeste del país), la tasa de mortalidad de los niños de edad inferior a 5 años es de 2,8 al día sobre 10 mil. “Esta tasa es cerca de tres veces más elevado respecto a los niveles medios registrados en los países en vías de desarrollo”, subrayó MSF en un comunicado. Alrededor de la mitad de los decesos es causada por malaria.
Angola es, sin embargo, rico en recursos naturales: del petróleo (es el segundo producto africano después de Nigeria) a los diamantes, del hierro al uranio y a las bauxitas, de la agricultura (café, algodón, tabaco, palma aceitera, caña de azúcar, sisal) a la pesca. Riquezas que son aprovechadas por pocos y no por la mayor parte de la población. (L.M.) (Agencia Fides 31/8/2006)