VATICANO/CANONIZACIONES DEL 5 DE OCTUBRE - ARNOLDO JANSSEN (1837-1909): “EL ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA ES LA PRIMERA Y PRINCIPAL EXPRESIÓN DEL AMOR AL PRÓJIMO”

miércoles, 24 septiembre 2003

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Arnoldo Janssen nació el 5 de noviembre de 1837 en Goch, una pequeña ciudad de la Baja Renania (Alemania). Segundo entre diez hermanos, aprendió de sus padres la dedicación al trabajo y una profunda religiosidad. El 15 de agosto de 1861 fue ordenado sacerdote para la diócesis de Münster y fue asignado a enseñar en la escuela secundaria de Bocholt, donde adquirió fama de maestro estricto pero justo. Su profunda devoción al Sagrado Corazón de Jesús lo llevó pronto a ser nombrado director diocesano del Apostolado de la Oración. Desde este apostolado, Arnoldo buscaría abrirse también a cristianos de otras denominaciones.
Poco a poco fue creciendo su conciencia de las necesidades espirituales de la gente aún más allá de los límites de su propia diócesis, hasta convertirse en preocupación por la misión universal de la Iglesia. Decidió dedicar su vida a despertar en la iglesia alemana la conciencia de su responsabilidad misionera. Con este objetivo en mente, en 1873 renunció a su cargo docente y pronto fundó “El pequeño mensajero del Corazón de Jesús”. En esta revista mensual de nivel popular ofrecía noticias misionales y animaba a los católicos de lengua alemana a hacer más para ayudar a las misiones.
Eran tiempos difíciles para la iglesia en Alemania. Los liberales habían puesto a los católicos bajo la sospecha de ser peones de una central eclesiástica romana y de hacerse dar orientaciones ultramontanas para actuar. Valiéndose de medidas legales, los paladines de las ideas liberales reinantes buscaban excluir a los círculos eclesiales de toda influencia sobre materias profanas. Al mismo tiempo, se trataba de poner todos los aspectos de la vida eclesial bajo el dominio del poder civil. Bismark había desatado el “Kulturkampf” (“batalla por la cultura”), que implicaba una serie de leyes anti-católicas, la expulsión de sacerdotes y religiosos y aún el encarcelamiento de varios obispos. En esa situación caótica, Arnoldo Janssen sugirió que tal vez algunos de los sacerdotes expulsados podrían ser enviados a las misiones, o por lo menos ayudar a la preparación de misioneros. Otros países europeos tenían centros especiales para la preparación de misioneros… ¡pero Alemania no! La esperanza de Arnoldo era que algún sacerdote con conciencia misional aceptara el desafío de establecer una casa para la preparación de misioneros para ultramar. Arnoldo se veía a sí mismo como promotor del proyecto, mediante la concienciación y la recolección de fondos a través de su revista.
Pasaba el tiempo y nadie asumía el desafío de establecer una “casa misional alemana”… Poco a poco, y con el empujón del vicario apostólico de Hong Kong, Arnoldo fue descubriendo que era a él a quien Dios llamaba para esta difícil tarea. Muchos opinaban que no era el hombre indicado, o que los tiempos no estaban maduros. “El Señor desafía nuestra fe a realizar algo nuevo, precisamente cuando tantas cosas se están derrumbado en la Iglesia”, era la respuesta de Arnoldo.
Con el apoyo de varios obispos, Arnoldo comenzó a juntar fondos mientras buscaba un lugar apropiado. La situación política en Alemania lo forzó a comprar una casa en Steyl, Holanda, apenas del otro lado de la frontera alemana. La inauguración de la casa tuvo lugar el 8 de septiembre de 1875, fecha que se considera la de fundación de la Congregación del Verbo Divino. Se trataba de un viejo mesón (posada), y las condiciones de vida eran sumamente pobres. Sin embargo, la formación de misioneros había comenzado. Ya el dos de marzo de 1879 parten los dos primeros misioneros con rumbo a China. Uno de ellos fue José Freinademetz, oriundo de lo que hoy es Bolzano, en el norte de Italia, quien será canonizado junto con Arnoldo Janssen. Así, desde los mismos inicios, la “casa misional alemana” se convertía en una comunidad internacional. Esta apertura cada vez mayor a gente de distintas culturas y nacionalidades se volvería una característica fundamental de las congregaciones fundadas por Arnoldo Janssen.
Consciente de la importancia de las publicaciones para atraer vocaciones y fondos, Arnoldo estableció la propia imprenta apenas cuatro meses después de inaugurada la casa. Miles de laicos generosos dedicaron tiempo y esfuerzos a la animación misional en los países de habla alemana por medio de la distribución de las revistas de Steyl.
El aumento constante del número de estudiantes exigió un continuo trabajo de construcción. Muchos hombres trabajaron como voluntarios en la obra durante semanas, meses y aún años. Un buen número de ellos deseaban dedicar su vida al servicio de la misión, no como sacerdotes, sino desde sus propios oficios. De este modo la nueva congregación se desarrolló desde el principio como comunidad de sacerdotes y Hermanos, a pesar de que esa no había sido la intención original. Al dar a los hermanos una buena formación profesional y confiarles cargos de importancia, Arnoldo ayudó a concebir un nuevo tipo de Hermano religioso misionero.
En 1885, en el primer Capítulo General, la comunidad se constituyó como congregación religiosa, con el nombre de “Sociedad del Verbo Divino” (S.V.D.), para el anuncio del Evangelio especialmente entre los no-cristianos. Arnoldo Janssen fue elegido primer superior general.
Los voluntarios que ayudaron en la casa misional no sólo fueron hombres. Prácticamente desde el comienzo, un grupo de mujeres se puso al servicio de la comunidad, ayudando especialmente en la cocina, el lavado de ropa y la limpieza. Su deseo era servir a la misión como Hermanas religiosas. Entre ellas se encontraba la Beata María Helena Stollenwerk. Este deseo, los años de fiel servicio, y la conciencia de la importancia de las mujeres en las misiones, llevaron a Arnoldo a fundar la congregación de las “Siervas del Espíritu Santo” el 8 de diciembre de 1889. Las primeras Hermanas partieron hacia Argentina en 1895.
En 1896, el P. Arnoldo eligió a algunas de las Hermanas para formar una rama de clausura, las “Siervas del Espíritu Santo de Adoración Perpetua”. Su servicio a la misión sería la de rezar día y noche por la Iglesia y especialmente por las otras dos congregaciones misioneras, manteniendo un servicio in-interrumpido de adoración al Santísimo Sacramento.
Las congregaciones crecieron rápidamente. Cuando se celebraron las bodas de plata de la casa misional había 208 sacerdotes, 549 Hermanos, 190 Hermanas, 99 estudiantes de teología y otros 731 estudiantes de diferentes niveles.
Arnoldo murió el 15 de enero de 1909. Su vida fue una permanente búsqueda de la voluntad de Dios, de confianza en la providencia divina y de duro trabajo. Que su obra ha contado con la bendición del Señor lo atestigua también el desarrollo ulterior de su obra: más de 6.000 misioneros del Verbo Divino trabajan hoy en 65 países. Las misioneras Siervas del Espíritu Santo son mas de 3.800 y unas 400 las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua. (S.L.) (Agencia Fides 24/9/2003 Líneas: 82 Palabras: 1147)


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