MM
Pourcine-Pic Makaya (Agencia Fides) – Siguen registrándose disparos y enfrentamientos violentos contra la población indefensa. Entre los últimos hechos de crónica ha surgido un tiroteo entre los Marines estadounidenses y miembros de una banda, después de disparos efectuados en el exterior de la embajada de Estados Unidos en Haití. Este enésimo episodio ha sido definido como “el tiroteo más violento” ocurrido este año en la embajada, y pone de manifiesto la grave situación de seguridad en Haití, donde las bandas, como la liderada por Jimmy “Barbecue” Chérizier, controlan cerca del 90% de la capital. El devastador paso del huracán Melissa no ha frenado robos, hurtos de automóviles, agresiones sexuales y secuestros con fines de extorsión.
En este mundo devastado por las guerras, consecuencia de la sed de control de los más fuertes sobre los más débiles, hay quienes han decidido dedicar su vida a llevar esperanza de una vida mejor a un pueblo que atraviesa una situación dramática, tanto por la guerra civil en curso como por los fenómenos atmosféricos especialmente violentos que afectan a esas regiones. Entre ellos se encuentra el padre Massimo Miraglio, misionero camiliano en Haití, quien cuenta que ha logrado por fin regresar a su aldea en Pourcine-Pic Makaya (véase Fides 5/11/2025), donde se encuentra la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, de la cual es párroco.
“Desde mediados de la semana pasada he logrado finalmente regresar a la Parroquia -escribe a la Agencia Fides-. El camino sigue siendo muy difícil, con varios tramos que hay que recorrer con gran prudencia después del devastador huracán Melissa. Si Jérémie ha sido salvada, no puede decirse lo mismo del territorio parroquial. Todo el valle alto, donde se encuentra la Parroquia, ha sido azotado durante dos días por vientos muy fuertes y lluvias torrenciales. Muchos han perdido las cosechas de frijoles, han visto sus huertos devastados y se han perdido numerosas cabras y aves de corral. Numerosas casas, en las zonas más alejadas, por encima de la meseta donde está Pourcine-Pic Makaya, han quedado destruidas. A tres semanas de distancia, los platanales, los más afectados, tras ser limpiados, comienzan a izar la bandera de la esperanza: la primera gran hoja, signo del renacimiento. Muchas plantas de café han sido puestas a dura prueba y el vivero ha perdido su hermoso manto vegetal, con las plántulas muy maltratadas. La gente ha perdido gran parte de la cosecha de café, aunque se han salvado algunas plantas más bajas situadas en las hondonadas del terreno”.
En este escenario de devastación pero también de esperanza, el padre Massimo destaca cuáles son las prioridades, es decir, “limpiar algunos tramos de los senderos que conducen a la meseta y a las zonas cultivadas para permitir que la naturaleza recupere impulso. La escuela ha reanudado las clases con normalidad -añade el misionero - y más de 50 personas han encontrado refugio la semana pasada en la Escuela/Iglesia. Una prioridad es construir un refugio para la próxima temporada”.
(AP) (Agencia Fides 17/11/2025)
MM