ÁFRICA/MADAGASCAR – Obispo de Moramanga: corrupción e intereses personales en detrimento del bien común. El papel de la Iglesia como madre que acoge y educa a sus hijos
Roma (Agencia Fides) – “La Iglesia es el único refugio, el único baluarte seguro al que la gente acude. Cuando necesitan atención médica, no pueden pagar sus estudios o no tienen qué comer, cuando hay hambruna, siempre es la Iglesia quien se ocupa de ellos. Nunca ha estado ligada a ningún gobierno ni presidente. Siempre ha mostrado respeto, pero también crítica hacia los distintos gobiernos que se han sucedido”.
En un reciente encuentro con la Agencia Fides, el obispo de Moramanga, Rosario Vella, SDB, ha expresado su gran preocupación por el contexto que atraviesa el país y, al mismo tiempo, su confianza en que todo pueda normalizarse.
“En particular, en los últimos meses, dos gotas han colmado el vaso de una situación que el pueblo ya no puede soportar –subraya el salesiano–. Los jóvenes pacifistas de la Generación Z salieron a las calles contra los persistentes cortes de agua y electricidad tanto en la capital, Antananarivo, como en otras ciudades. Hubo días en los que la corriente eléctrica estaba disponible solo dos o tres horas por barrio, y la gente debía desplazarse con bidones en busca de agua. Las protestas se transformaron en manifestaciones contra los servicios básicos deficientes, la infraestructura colapsada, la corrupción rampante en las altas esferas del Estado y el deseo de democracia”.
“En este contexto, el gobierno reaccionó primero solicitando la renuncia de todos, para demostrar que reconocía sus errores, pero reaccionando de manera firme, ordenando a la policía, al ejército y a la gendarmería cargar contra la gente con bombas, gases lacrimógenos y porras. Lamentablemente, hubo muertos y un número indeterminado de heridos tanto en la capital como en las principales ciudades. Los jóvenes solicitaron dialogar con los gendarmes y poder reunirse en la Plaza del 13 de mayo, símbolo de la independencia, para manifestarse pacíficamente y exigir explicaciones sobre los ataques violentos. Solicitudes que hicieron reflexionar –explica el obispo Vella-. En particular, el coronel Michaël Randrianirina, del histórico cuartel Cap Sat, de donde partieron dos revoluciones en décadas anteriores, declaró estar del lado del pueblo, negándose a obedecer órdenes de ataque ilegítimas. Reconoció las razones del pueblo y agregó que ellos mismos los escoltarían a la plaza, instando a todos los gendarmes y militares a unirse y hacer lo mismo. La intervención de este coronel fue fundamental y condujo a la celebración de la armonía y reconciliación entre el pueblo y el ejército”.
“Mientras tanto –prosigue el prelado–, todos los ministros, incluido el presidente Andry Rajoelina, quien había dado un mensaje televisivo a la nación, ya habían abandonado la isla, al igual que los más ricos. El Parlamento, junto con el Tribunal Constitucional, otorgó una moción de censura al presidente, encargando interinamente al coronel Michaël Randrianirina, quien al jurar lo hizo con vestimenta civil, casi como señal de paz. Dirigiéndose al pueblo en la plaza, prometió elecciones en 18 a 24 meses y pidió la colaboración de todos para conducir el país de la mejor manera posible. La situación parece haber retornado a una calma aparente, pero todo puede suceder aún”.
“Nosotros, la Iglesia de Madagascar, desde el inicio nos hemos ofrecido para un diálogo, conscientes de que la violencia genera violencia. No hubo intervención activa, pero los obispos siempre han apoyado al pueblo. Las cuatro principales iglesias del país estuvieron presentes en la toma de posesión del coronel Michaël, quien además es un protestante practicante –afirma el obispo–. En este momento, la Iglesia se presenta como estructura estable para sostener la vida ordinaria. Por ejemplo, los dispensarios y escuelas de mi diócesis de Moramanga han continuado funcionando, tenemos incluso la universidad. No participamos en manifestaciones porque no hubo, pero realizamos encuentros con jóvenes para que hablaran sobre lo que estaba ocurriendo y ayudarlos a tomar conciencia. La Iglesia es madre que acoge y educa a sus hijos”.
“Madagascar es una isla con grandes riquezas en su subsuelo, fauna y flora. Su gente es sencilla, trabajadora y acogedora. Paisajísticamente es un paraíso, pero sabemos que, lamentablemente, es uno de los seis países más pobres del mundo: según el Banco Mundial, en 2022 el 75% de su población, de 32 millones de personas, vivía por debajo del umbral de pobreza. Desde 1960, año de su independencia –prosigue el salesiano–, ha habido alternancia de presidentes y gobiernos que hicieron muchas promesas, pero la economía y la vida de la gente no han cambiado, incluso en muchos casos han empeorado. La principal causa de esta pobreza es la corrupción, que se ha vuelto una forma de gobernar y de vivir. A esto se suman gobernantes que solo han pensado en sus intereses personales, nunca en el bien común, sin grandes inversiones ni avances para la población. Nunca ha habido reforma agraria, lo mismo aplica a la ganadería y a la infraestructura; las carreteras están en mal estado y los edificios se degradan continuamente”.
“No se puede determinar de manera definitiva de quién depende tanta precariedad; son muchos los países que vienen a Madagascar por sus propios intereses: Francia, Estados Unidos, Rusia, China, pero también Tailandia, Sudáfrica, Emiratos Árabes Unidos. Algunos por la vainilla, otros por el oro u otros recursos, cada uno movido por sus intereses”.
En conclusión, el obispo Vella destaca las preocupaciones de la Iglesia sobre el futuro, temiendo que se aprovechen de la situación para venganzas personales o calumnias.
En días recientes, se formó el nuevo Gobierno de transición, anunciado por el coronel Michaël Randrianirina, presidente interino tras la destitución del ex presidente Andry Rajoelina luego de las protestas de finales de septiembre. El Ejecutivo, compuesto por 29 ministros, tendrá la tarea de “sacar al país de la crisis”, combinando figuras conocidas de la política malgache con nuevos rostros del mundo académico y empresarial.
(AP) (Agencia Fides 6/11/2025)