AMÉRICA/HAITÍ - “¡La vida es más fuerte! El huracán Melissa se aleja de las costas. Es urgente volver a ponerse en camino”

miércoles, 5 noviembre 2025

MM

Jerémie (Agencia Fides) – “El huracán Melissa se está alejando de nuestras costas, dejando tras de sí una estela de muerte, sufrimiento y devastación, especialmente en Jamaica y Cuba. En los próximos días, las condiciones meteorológicas aquí deberían volver a la ‘normalidad’. En Haití hay varios muertos y heridos, y los daños a las frágiles infraestructuras y a la agricultura son enormes. Por el momento ni siquiera es posible hacer un balance aproximado; se verá con el paso de los días”. Así lo declara a la Agencia Fides el padre Massimo Miraglio, misionero camilo y párroco de la aldea de Pourcine-Pic Makaya, a la que lamentablemente aún no ha podido llegar (véase Agencia Fides, 28/10/2025).

Según las estimaciones difundidas por el gobierno de Haití, el número de víctimas del huracán ha ascendido a 43, con 13 personas desaparecidas. Los equipos de rescate siguen intentando llegar a las comunidades de la región suroccidental del país, donde los deslizamientos de tierra y las inundaciones han devastado más de 30 localidades. Al menos 25 muertes se han registrado en la ciudad costera de Petit-Goâve, una de las comunidades más afectadas. La tormenta, de categoría 5 -una de las más potentes jamás registradas en el Atlántico-, ha inundado casi 12.000 viviendas y destruido cerca de 200, después de que sus bandas exteriores azotaran Haití la semana pasada. Numerosas carreteras siguen siendo intransitables y más de 1.700 personas permanecen en refugios temporales.

“En Jeremie la situación ha ido mejor de lo previsto -continúa el padre Massimo-, peor hasta el viernes 31 de octubre no recibí las primeras imágenes de la parroquia de Pourcine-Pic Makaya. Sin duda, en la montaña la situación es mucho más difícil: por ahora, los caminos son intransitables. Además de una persona fallecida, los daños a los cultivos son enormes; muchas casas humildes han resultado dañadas y numerosos animales de granja han muerto. La casa parroquial resistió, aunque fue invadida por el agua, y la pequeña cocina quedó destruida por la caída de un árbol. También se perdieron las plantaciones de banano, café y varios árboles. Me estoy organizando para subir en cuanto sea posible restablecer los caminos”.

“Gracias a Dios no se han registrado grandes pérdidas humanas -concluye el misionero-, pero es urgente e importante volver a ponerse en marcha: reabrir la escuela, limpiar el manantial, permitir que lo que queda pueda regenerarse. ¡La vida es más fuerte!”.
(AP) Agencia Fides 5/11/2025)


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