Caritas Pakistan
Lahore (Agencia Fides) – «Se puede decir que todo el país está inundado. Ninguna provincia se ha librado de las fuertes lluvias y de las inundaciones. Hay unos cuatro millones de desplazados y una inmensa necesidad de asistencia. Además, los daños para las familias y para la economía nacional son gravísimos: las inundaciones han devastado el Punjab, el corazón agrícola de Pakistán, destruyendo más del 60% de la cosecha de arroz, caña de azúcar y algodón. En los últimos 15 días la situación ha empeorado, poniendo de rodillas a la nación», afirma a la Agencia Fides Amjad Gulzar, laico católico y director ejecutivo de Cáritas Pakistán, organismo de la Iglesia que ha movilizado recursos humanos y materiales para asistir a los desplazados y a los más vulnerables.
«El coste humano del desastre es altísimo. Más de 900 personas han muerto y miles se encuentran en campos de refugiados; muchas otras no tienen refugio y necesitan ayuda urgente. Los ancianos y los enfermos corren peligro de muerte. Cada día somos testigos de un sufrimiento enorme. Hay familias que llevan ya 15 días en el agua. Se avecina una crisis de seguridad alimentaria, y el riesgo de enfermedades y epidemias es grave, porque la situación se ha deteriorado desde finales de junio hasta hoy», señala.
El director precisa: «Nuestra prioridad en Cáritas es salvar vidas. Estamos distribuyendo comida preparada, lista para consumir, y agua potable a quienes permanecen en las zonas inundadas. En los campos de refugiados, especialmente en Punjab, proporcionamos alimentos para cocinar, tiendas de campaña y mosquiteras». La ayuda, añade, no es solo material: «La gente está desesperada, y los voluntarios de Cáritas transmiten un único mensaje, sin discriminaciones: cuidamos de vosotros, nos importáis. Esto brinda un apoyo psicológico y moral, además de material».
Al alto coste humano se suma un impacto económico devastador, ya que «la producción de la próxima temporada está comprometida, lo que pone aún más a prueba una economía frágil: los daños a edificios e infraestructuras, junto con la destrucción de la agricultura, representan un golpe durísimo».
En este contexto, ha resurgido el debate sobre el «Proyecto de Desarrollo Urbano de la Ribera del Ravi», lanzado por el Gobierno en agosto de 2020 para abordar problemas estructurales de Lahore, como la contaminación, el alcantarillado, el suministro de agua y la vivienda. Analistas recuerdan que el Ejecutivo ignoró las advertencias que lo calificaban de «ecológicamente insostenible», pues la construcción de presas en el río y la sustitución de tierras agrícolas por áreas edificables incrementarían el nivel del agua y agravarían las inundaciones. Hoy, gran parte de la zona destinada al proyecto está bajo el agua, junto con barrios enteros de Lahore.
El debate público se centra también en la urgencia de adoptar medidas preventivas que protejan a los grupos más vulnerables y a las zonas de mayor riesgo. En ausencia de políticas significativas de protección medioambiental que mitiguen los efectos del cambio climático, las comunidades más pobres de Pakistán seguirán expuestas al desplazamiento y a la pérdida de bienes, advierten los expertos.
(PA) (Agencia Fides 11/9/2025)