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Bengo (Agencia Fides) – “Llevamos un mes sin electricidad en nuestra casa. El transformador se ha fundido y la compañía eléctrica asegura que todo funciona. Así que, por ahora, el generador opera unas pocas horas por la noche”, cuenta el padre Martino Bonazzetti, de la Sociedad de Misiones Africanas.
Pese a las dificultades, el misionero, destinado en la comunidad de Desvio da Barra do Dande, en la provincia angoleña de Bengo, destaca cómo la esperanza y la alegría permanecen: “En medio de los obstáculos y los imprevistos, siempre hay motivos para la esperanza, porque al final lo importante es existir”, escribe desde Italia, donde ha regresado por un breve periodo.
Entre los muchos proyectos en curso, destaca la finalización “de una cisterna que recogerá el agua de lluvia desde el tejado de la iglesia, destinada a la guardería y a las actividades comunitarias en Terreiro”. “También hemos puesto en marcha un curso de cocina y repostería, una forma dulce y nutritiva de motivar a mujeres y jóvenes. Una cosa lleva a la otra...”, relata. Todas estas iniciativas están marcadas “por la fe, pero también por el ingenio” frente a la necesidad.
Además, “continúan las clases para niños y jóvenes que habían quedado fuera del sistema escolar. Está previsto que las actividades se extiendan a la zona 6, donde hemos construido una capilla” continúa el misionero. “Para poder rezar allí, hemos tenido que solicitar un permiso, ya que se trata de un área de estatus especial, gestionada directamente por el Estado con fines de desarrollo”, explica.
Este tiempo en Italia también ha servido al padre Martino para concluir otros proyectos: “Estamos terminando la casa del molino para procesar harina de maíz y mandioca. Todo está listo, aunque las lluvias este año han sido escasas. El molino ya está instalado y esperamos que funcione”. Un joven albañil implicado en la construcción del molino le comentó que un grupo de mujeres ya ha preguntado cuándo estará operativo. “Eso significa que ya no tendrán que viajar hasta Desvio para moler el grano, y eso se traduce en un ahorro en transporte. Existe, por lo tanto debería funcionar”, añade.
“En Angola, todo avanza con experiencias que rompen esquemas rígidos y previsibles. Siempre hay algo que te sorprende”, concluye el padre Martino. “Y lo más importante es la fe de la gente sencilla”.
(AP) (Agencia Fides 9/4/2025)