ASIA/COREA DEL SUR - Con palabras y compromisos concretos, la Iglesia coreana sostiene la vida por nacer

martes, 7 mayo 2024 derechos humanos   vida humana   nacimiento   infancia  

Seúl (Agencia Fides) - Si la natalidad es un tema que preocupa a nivel nacional y ocupa el debate público, en la comunidad católica coreana la cuestión suscita una atención especial porque los creyentes sienten profundamente la misión de promover y proteger la vida humana desde su concepción. Esto se traduce en un compromiso concreto de apoyo a las mujeres que desean tener un hijo y a las familias que tendrán que hacerse cargo de los niños, tanto a nivel familiar como escolar.

La Iglesia católica de Corea del Sur se esfuerza por difundir una cultura de respeto a la vida, empezando desde dentro, haciendo que las familias con hijos recién nacidos se sientan acogidas y ayudadas, mediante apoyo espiritual y material. Ha despertado simpatía y emoción, por ejemplo, la iniciativa de la llamada "Misa del niño llorón" en Uijeongbu, una celebración en la que, abandonando por un momento la tradicional austeridad litúrgica, se permite a los niños deambular libremente por una zona de la iglesia, y su eventual llanto no es visto ni juzgado como una molestia.

Además de un recurso que permite a las parejas jóvenes asistir a la misa dominical, estas medidas de ayuda a la infancia y a la crianza de los hijos se conciben como una forma de superar la baja tasa de natalidad: en las comunidades católicas, tales medidas se extienden a los servicios de guardería, con un sistema de asistencia social que se traduce en ayudas para los gastos escolares, subsidios familiares y facilidades para las familias con hijos.

Por ejemplo, desde 2018, la diócesis de Cheongju ofrece un subsidio por el nacimiento de cada niñ. Además, cada mes se celebra una misa en defensa de la vida para los feligreses, prestando especial atención a las mujeres embarazadas.

La archidiócesis de Gwangju concede ayudas por maternidad a los fieles y un subsidio familiar mensual por cada hijo menor de 20 años. Además, se financia el 50% del importe total de las matrículas que cada familia católica paga en la escuela y la universidad, en concepto de subsidio educativo.

La diócesis de Suwon también ofrece a las familias un subsidio para sus hijos universitarios, y las diócesis de Incheon y Andong comparten la opción de dar subsidios para los gastos escolares. Por su parte, las diócesis de Daejeon y Jeonju conceden un subsidio familiar a las familias con hijos menores de 18 años.

El padre Park Eun-ho, decano de la Graduate School of Life de la Universidad Católica de Corea, subraya: "Dado que la baja tasa de natalidad está estrechamente relacionada con el descenso del número de matrimonios, hay que esforzarse por concienciar y mostrar a los jóvenes la importancia del matrimonio y la familia. Esta es la dirección fundamental en la que debe trabajar la Iglesia".

Mons. John Moon Hee-jong, obispo auxiliar de Suwon y presidente del Comité de Bioética de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, en un mensaje con motivo del "Domingo de la Vida", el 5 de mayo, habló de "la responsabilidad conjunta de la comunidad por el nacimiento de un niño, por su crianza y por el cuidado de los ancianos". Monseñor Moon afirmó: "Dar a luz, criar a los hijos y cuidar a los ancianos no son actos dolorosos e inútiles. El cuidado de estas personas pertenece a la familia, a la empresa, a la sociedad, a toda la comunidad. El Estado y la Iglesia deben compartir esa 'alegría', considerándola una responsabilidad compartida", afirmó.

Sobre el fenómeno del descenso de la natalidad, declaró: "No hay esperanza para una sociedad que no reconoce el precioso valor de los niños". Además, citó situaciones difíciles como la "polarización de la riqueza", los costes excesivos de la manutención de los hijos, los costes de la educación privada, el aumento de los precios de la vivienda y la inflación. Y, recordando que "la familia nacida del amor y la unidad entre un hombre y una mujer es la cuna de la vida", mencionó el proverbio: "Hace falta un pueblo para criar a un niño", invitando a todos a implicarse y participar en el proceso de nacimiento y crecimiento de los hijos.

Por último, el obispo reclamó una ayuda real para las parejas con dificultades de infertilidad, pidiendo a los legisladores que aprueben leyes que protejan y promuevan siempre la vida naciente.
(PA) (Agencia Fides 7/5/2024)


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