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Xi'an (Agencia Fides) - "En este momento de grave escasez de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, los seminaristas son el futuro de la Iglesia y la esperanza de cada diócesis. Cuidar de ellos es cuidar de nuestro mañana. En nombre de todos los seminaristas, queremos expresarles nuestro más sincero agradecimiento". Estas son las conmovedoras palabras del padre Li Jingxi, vicerrector ejecutivo del Seminario Filosófico y Teológico de Shaanxi, dirigidas a un grupo de laicos de las parroquias de Xiaomu y Lujia.
El grupo de unos 50 feligreses ha desafiado la lluvia torrencial, que ayer 19 de septiembre, ha azotado la zona y con 10 coches cargados de kiwis recién recogidos y otros alimentos (harina, arroz, aceite de cocina) ha recorrido cientos de kilómetros para llevarlos al seminario mayor, al seminario menor, a la Congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús y a la casa de reposo.
Como han dicho ambos párrocos, el padre Zhang Aijun y el padre Li Zeyi, "son el futuro y el presente de la Iglesia. Desde los seminaristas menores hasta las religiosas ancianas que han dedicado su vida a la Iglesia, todas las vocaciones son preciosas. Hay que protegerlas, alentarlas, apoyarlas, acompañarlas y darles las gracias. Así pues, unamos nuestras manos y construyamos juntos la familia de la Iglesia católica con la oración y el compromiso concreto".
Después de la entrega al seminario mayor, la gran familia cristiana formada por estos laicos valientes que han desafiado el mal tiempo ha llegado también al seminario menor. El Rector les ha agradecido su apoyo para la formación de las vocaciones.
La siguiente parada ha sido la Casa General de las Hermanas Franciscanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, que acaba de cumplir 100 años de fundación. En el transcurso de la visita, los voluntarios han sabido de la presencia de tres hermanas ancianas en la residencia de ancianos de la congregación, y sin dudarlo, tras la larga y agotadora jornada, han añadido una parada extra para llegar hasta ellas. "Las hermanas ancianas son el mayor tesoro de la Iglesia", han afirmado emocionados los voluntarios tras escuchar atentamente los testimonios de vida dedicada a la Iglesia y a la misión de las hermanas ancianas y en silla de ruedas. “Habéis realizado diligentemente la obra de Dios en el trabajo de evangelización, siguiendo a Cristo y dedicando vuestra juventud a la Iglesia, especialmente en aquellos tiempos difíciles. Gracias a la dedicación desinteresada y sincera de ustedes, los mayores, y al testimonio y sacrificio de sus vidas valientes y perseverantes en el Señor, la Iglesia se ha desarrollado y ha crecido hoy. Sois como velas que arden e iluminan el mundo, y sois los modelos y ejemplos de los que todos los católicos podemos aprender”.
(NZ) (Agencia Fides 20/09/2023)
