ÁFRICA/SIERRA LEONA - El Presidente Bio en su segundo y último mandato entre cuestiones críticas no resueltas y protestas de la oposición

jueves, 13 julio 2023

Freetown (Agencia Fides) - Entre los 13 candidatos, 12 hombres y una mujer, que se han presentado a las elecciones presidenciales celebradas el 24 de junio, Julius Maada Bio, del Partido Popular (Slpp), ha sido reelegido. Bio, presidente saliente que asumió el cargo en 2018, se encuentra en su segundo y último mandato.
"Hemos demostrado una vez más que, aunque nuestras lenguas, tribus y creencias políticas puedan diferir, estamos unidos en nuestro deseo de ver prosperar la tierra que amamos", había tuiteado el presidente Maada Bio nada más recibir la confirmación de su reelección.
Duramente contestado por el partido de la oposición 'All People's Congress', liderado por Samura Kamara (véase Agencia Fides 23/6/2023), que está a la espera de un juicio penal por malversación de fondos que se celebrará en julio de 2023, "para el presidente Bio no será un mandato pacífico de cinco años", informan los medios locales.
A pesar de los progresos realizados desde el final, en 2002, persisten problemas críticos sin resolver del largo conflicto que ensangrentó el país durante décadas. Entre ellos, la inflación, una de las tasas de desempleo más altas de África Occidental, los salarios congelados y la inseguridad. Sierra Leona es uno de los países más pobres del continente, con más del 60% de sus 8,5 millones de habitantes viviendo por debajo del umbral de la pobreza, en condiciones desesperadas, con una enorme brecha económica y social entre los distintos grupos étnicos y en medio de una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad. Así ocurrió el año pasado, cuando, en agosto, los habitantes de la capital, Freetown, Makeni (norte) y Kamakwie (noroeste) salieron a la calle en protesta por el elevado coste de la vida, y el balance final fue de varias víctimas civiles y policiales.
Además, Sierra Leona es el octavo productor mundial de petróleo, minerales y, sobre todo, diamantes. Sin embargo, muchas de las minas están en manos de empresas extranjeras, otras alimentan un mercado ilícito llamado diamantes de sangre, donde hasta los niños han sido siempre empleados como esclavos, obligados por las necesidades económicas de sus familias.
(AP) (Agencia Fides 13/7/2023)


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