VATICANO - Cardenal Semeraro: he aquí lo que el Venerable Matteo Ricci dice a nuestro tiempo presente

lunes, 8 mayo 2023 santidad   inculturación   jesuitas   misión  




Por Gianni Valente

Roma (Agencia Fides) - Un sacerdote “ferviente por la gloria de Dios y la salvación de las almas”. Un religioso sabio, casto, obediente, desprendido de los bienes materiales y humilde, “sostenido por la confianza en la ayuda divina” que le llevó a afrontar “con serenidad las dificultades y la enfermedad que le condujeron a la muerte”. Así es como la página web oficial del Dicasterio para las Causas de los Santos describe al gran misionero jesuita Matteo Ricci, que llegó a China en 1582 “para liberar a las almas desdichadas de la perdición eterna”, y murió en mayo de 1610 en la corte imperial, completamente “convertido en chino”.
La diócesis de Macerata, ciudad natal de Matteo Ricci, no introdujo la causa de beatificación del jesuita hasta 1984, cuando habían transcurrido más de 350 años desde su muerte. Un retraso que quizá se debió también al hecho de que el nombre de Matteo Ricci se había visto envuelto en la larguísima disputa sobre los "ritos chinos", en la que su interpretación de los ritos confucianos para los antepasados como ceremonias civiles y no religiosas estuvo en el centro de las disputas.
El 17 de diciembre de 2022, en su 86 cumpleaños, el Papa Francisco autorizó al Dicasterio a promulgar el decreto sobre las virtudes heroicas de Matteo Ricci. Ahora, para la Iglesia, Matteo Ricci es "venerable". Su fama de santidad -se lee en la página web del Dicasterio- “estuvo siempre presente en vida y en muerte”. Hoy “esta fama se ha difundido espontáneamente y se presenta unida a una cierta fama de signos”.
Matteo Ricci fue enterrado en Pekín, en una parcela donada por el Emperador a los jesuitas, siendo el primer extranjero europeo no diplomático enterrado en China. Hoy esa parcela, con la suya y una veintena de tumbas más, se encuentra en el gran patio interior dominado por los diversos edificios de la escuela ideológica del Partido Comunista Chino.
“El de Matteo Ricci es un recuerdo que el tiempo no ha borrado”, reconoce el cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.
En el vídeo adjunto, realizado para la Agencia Fides por Teresa Tseng Kuang yi, el cardenal Semeraro destaca algunos rasgos de la historia misionera de Matteo Ricci que hacen que su figura sea de gran actualidad y esté cargada de sugerencias para las dinámicas misioneras en la era de la globalización.
Al ir a China -subraya el Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos- Matteo Ricci hizo “no sólo un largo viaje geográfico, sino también un viaje interior, para acercarse a un mundo muy distinto de aquel en el que había nacido”. No partió con la intención de "tomar", sino ante todo con el deseo de conocer el mundo chino: se dio cuenta de “que si no entraba en una mentalidad, una cultura, una manera de pensar, una manera de vivir y también de habitar el mundo”, sin esta asimilación “nunca habría podido conocer realmente a las personas”.
Matteo Ricci viajó a la China de los Ming “para entrar y allí, si era posible, hacer un don”. En este viaje, lo primero que buscó fueron “las sintonías”. Mientras que otras culturas se caracterizan por dinámicas dialécticas, en la cultura china -recuerda el cardenal Semeraro - se hace hincapié en la búsqueda de la armonía. Y Matteo Ricci utilizó la cultura, “para entrar en un mundo de sabiduría con sabiduría”. Su experiencia demuestra también que “el encuentro de civilizaciones es un factor de pacificación entre los pueblos”. Desgraciadamente - añade el Cardenal, con una anotación llena de posibles paralelismos en las crónicas del mundo actual -, “el criterio que se ha utilizado muchas veces es el de la absorción, y éste es un error que a veces se sigue cometiendo hoy. Lo pienso desde el aspecto del mundo de la política, de la sociedad. Pensar que un modelo que va bien en Europa, en América, tiene que ir necesariamente bien en África, o en Oriente, es un error”.
El vídeo realizado por Teresa Tseng termina con imágenes de la reciente solemne vigilia de oración por la beatificación del Venerable Matteo Ricci, celebrada en la catedral de Pekín, en presencia del obispo Li Shan y del jesuita Stephen Chow, obispo de Hong Kong (véase Fides 17/4/2023), en el primer día de su visita a la archidiócesis de Pekín.
(Agencia Fides 8/5/2023)


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