ÁFRICA/ETIOPÍA - El Prefecto Apostólico de Robe: "La Pascua nos impulsa hacia el cielo y la gloria eterna".

lunes, 3 abril 2023

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Robe (Agencia Fides) - "Aquí estamos en el año de gracia 2014 que comenzó en la Pascua del año pasado (¡los cristianos contamos el año de una Pascua a otra, por eso en el cirio pascual escribimos el año en curso!) y llega la nueva Pascua 2015, que destruye todo el dolor, las penas, las angustias, las frustraciones que hemos acumulado en este último año", dice a la Agencia Fides el Padre Angelo Antolini, ofm cap. con ocasión del tiempo pascual que se acerca. "La Pascua nos proyecta hacia el cielo y la gloria eterna donde resucitados con Cristo viviremos para siempre". Actualmente en Etiopía es el año 2015; del 11 de septiembre al 31 de diciembre hay siete años de retraso con respecto al calendario gregoriano, pero del 1 de enero al 11 de septiembre de 2023 hay ocho años de retraso.
El misionero, que es Prefecto Apostólico de Robe, con la colaboración de muchos laicos de buena voluntad, entre altibajos lleva a cabo diversas actividades en toda la Prefectura, que tiene una extensión de 103.769 km².
"Durante el mes de marzo -cuenta- pasé la primera semana en Gode, en la zona somalí de la Prefectura, dos semanas en Robe, donde continúan las obras del hospital (véase Agencia Fides 7/2/2023), y esta última en Gode. Entre las actividades de este período, he visitado la Comunidad de Gode Negelli, ahora jurídicamente en la parroquia de Kofale, para formalizar su erección como Parroquia el 29 de junio".
"En Gode, esta última semana estamos preocupados por la crecida del río Wabe Shebali, que es impresionante. Creció durante la noche e inundó nuestra motobomba, dañándola irreparablemente. La balsa con la bomba eléctrica también quedó atrapada entre las plantas que tenía delante. Con gran dificultad, después de que pasara la crecida y el nivel bajara cuatro metros, los muchachos consiguieron desalojar la balsa y bombear así agua para el riego, para las necesidades de la casa y de los presos recluidos en una cárcel vecina. La paradoja -explica el P. Antolini- es que estamos inundados, pero aquí en Gode aún no ha llovido, hace un calor tórrido y una gran sequedad". Las inundaciones se deben a las lluvias caídas en el altiplano y el desierto de la región somalí.
"El Wabe Shebali es una mala bestia, es un río que hay que tratar con mucho respeto y precaución. Nace en la meseta occidental de Arsi y serpentea hasta Somalia a lo largo de 2.050 kilómetros. A pesar de ser un río tan importante y largo, tiene un régimen torrencial. Durante las lluvias sube en su cauce hasta diez metros y, un poco más abajo, da lugar a muchas crecidas en esta época".
Durante la semana que pasó en Gode, el Prefecto tenía previstas varias actividades con los niños de la misión, pero luego, por motivos de salud inesperados, y a falta de medicamentos adecuados, se vio obligado a quedarse. “En el caso de que fuese necesario recordarlo, esta es la confirmación de que la misión en Somalia no está en el hacer, sino en el estar ahí", ha sido su comentario al respecto.
Por último, el padre Antolini se detiene en la imagen del árbol que extiende sus raíces hacia las corrientes de agua, tomada del pasaje del profeta Jeremías. "Me centré especialmente en el verbo 'extender'. Imaginaba con la mente este movimiento lento, silencioso, subterráneo, invisible, involuntario, irresistible de las raíces hacia la humedad subterránea. He escuchado que esto es la oración. El movimiento de nuestra alma hacia el frescor de la gracia, del amor de Dios. Cada vez considero más que la oración, incluso la litúrgica, o es contemplativa o no lo es. A cierta oración reducida a ritualismo mecánico, ruidoso, a veces desaliñado, prefiero los momentos en que en oración silenciosa me duermo, y me sucede a menudo. Incluso en esos momentos mi alma sigue extendiendo sus ramas hacia el frescor de la gracia".
(AA) (Agencia Fides 3/4/2023)


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