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Roma (Agencia Fides) - La muerte “no pone fin a la vida humana”, y dependiendo del modo en que sucede puede convertirse en un “testimonio luminoso de Cristo resucitado”. Así lo ha reiterado el archimandrita Chihade Abboud, procurador de la Iglesia greco-melquita católica ante la Santa Sede, en la homilía de la liturgia eucarística celebrada en la iglesia romana de Santa María de Cosmedín para conmemorar a Shireen Abu Aqleh, la reportera palestina asesinada el pasado 11 de mayo mientras documentaba la incursión del ejército israelí en el campo de refugiados de Yenín, en Cisjordania. A la liturgia, además del arzobispo Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, y de los miembros del cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, han asistido también los familiares del periodista, que se han reunido con el Papa Francisco por la mañana al margen de la Audiencia General, recibiendo palabras de consuelo y una bendición apostólica. En su homilía, el archimandrita Chihade Abboud ha realizado varias referencias a la vocación profesional de la reportera, comprometida “hasta su último día en dar a conocer la amarga verdad de este conflicto ciego que el mundo entero espera pueda terminar al instante”. Cada profesión conlleva su propia regla moral, y esto – ha añadido el Archimandrita- se aplica también a los periodistas y reporteros “que tocan de cerca realidades dolorosas, recogen información y, por obligación imperativa, informan con exactitud la verdad sustancial de los hechos observados, con justicia y fidelidad a lo sucedido, porque por honestidad intelectual tienen la tarea de ser lo más objetivos posible”, manteniendo también la debida distancia de sus propias opiniones.
Y así fue como Shireen también dio testimonio de la verdad, siguiendo su vocación de reportera. La homilía del Archimandrita ha terminado encomendando a Shireen a la misericordia del Señor, para que ahora se encuentre "contemplando el Santo Rostro", e invocando al Espíritu Santo para que se logre la concordia y la paz en Tierra Santa, en Palestina, en todo Oriente Medio y en el mundo entero.
Cristiana greco-melquita nacida en Jerusalén hace 51 años, Shireen también tenía la nacionalidad estadounidense. Estudió periodismo en la Universidad de Yarmouk, en Jordania, y tras licenciarse regresó a los Territorios Palestinos y empezó a trabajar en varios medios de comunicación locales, como Radio Voz de Palestina y la cadena de televisión por satélite Aman. En 1997, comenzó su larga carrera en Al-Jazeera, la emisora por satélite en lengua árabe más famosa, para la que había informado desde Jerusalén Este de los acontecimientos políticos israelíes y de los principales sucesos en los territorios palestinos, como la Segunda Intifada.
(PR) (Agencia Fides 27/10/2022)
