AMÉRICA/ARGENTINA- “Por Ucrania: de Corazón a Corazón”, una iniciativa a favor de los niños ucranianos

sábado, 2 julio 2022 obras misionales pontificias   ayuda humanitaria   guerras  

Buenos Aires (Agencia Fides) – “Por Ucrania: de Corazón a Corazón” es la iniciativa Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Argentina por los niños ucranianos. Se trata de un proyecto lanzado el pasado mes de marzo y que ha creado un “puente” a través del océano entre Argentina, Ucrania y Polonia. El objetivo ha sido recaudar fondos que serán donados a los centros polacos que han acogido a niños ucranianos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. La iniciativa se hizo viral en redes sociales y recibió mucha atención. Fue el propio director de las OMP Argentinas, el padre Jerzy Marian Faliszek, SVD, quien acudió personalmente en junio a entregar la ayuda y los numerosos dibujos, mensajes y cartas de niños y adolescentes argentinos para los pequeños ucranianos.

“Actualmente, hay alrededor de doscientos mil niños que son ciudadanos ucranianos en el sistema educativo polaco, mientras que más de medio millón de pequeños ucranianos en Polonia usan el sistema educativo ucraniano a distancia. Algunos maestros ucranianos dicen que los niños que han huido de su país han cambiado mucho, incluso en aspectos como el juego. Por ejemplo, algunos juegan al “puesto de control”, imitando a los padres que se enrolan en la defensa territorial de sus ciudades. Antes, los niños jugaban cantando canciones populares o sacadas de dibujos animados, mientras que ahora cantan canciones patrióticas y el himno nacional”.

Desde Gladyszów, un pueblo a pocos kilómetros de la frontera polaco-eslovaca, pasando por Lipinki, un pueblo, hasta la región de Racibórz en el suroeste de Polonia o Poznań, ciudad universitaria e histórica de Polonia, iglesias, parroquias , hoteles, congregaciones religiosas han abierto sus puertas transformándose en centros de acogida, compartiendo “de corazón a corazón” los sufrimientos y las esperanzas de quienes se han visto obligados, con el horror de la guerra aún en los ojos, a abandonar su tierra.

“No los llamamos refugiados, sino invitados”, comenta sor Alice, del Centro Misionero de las Siervas del Espíritu Santo. Queremos demostrarles que son importantes para nosotros. En poco tiempo nos hemos acostumbrado a la presencia alegre y ruidosa de los niños y sus madres. Compartimos nuestra cocina con ellos, trabajamos juntos en el jardín. Estas pequeñas cosas ayudan a crear un ambiente hogareño. Los refugiados son recibidos con gran amabilidad por los habitantes de la ciudad. Sin embargo, la mayoría de ellos quiere volver a su tierra natal”.

Entre los muchos niños con los que encontró el director de las OMP argentinas durante su visita, una de ellas fue Anastasia. “Tengo 16 años, curso el 9º año en la escuela en el sur de Ucrania. Mi historia comenzó en la ciudad de Makijewka. Una mañana escuché la palabra "guerra" en la televisión. De repente todo cambió. ¿Qué se siente cuando un misil explota en tu ventana? ¿O cuando la explosión te sacude por dentro? Miedo, impotencia, desesperación. Así eran mis noches interminables. Recuerdo el amanecer rojo y el relámpago de los misiles… Quiero irme a casa”, dice la joven. Para todos el sueño es la paz: “Me llamo María. Tengo doce años. Nací y pasé la mayor parte de mi infancia en Donetsk, pero hace unas semanas tuvimos que dejarlo todo y mudarnos al campo, lejos de mi hogar, mi sueño es que todas las personas de la tierra vivan en paz, que no haya más guerras. Quiero agradecer los regalos que recibimos de diferentes partes del mundo, con dibujos y poemas con deseos de paz. Algunos nos escribieron en ucraniano. Esto me conmueve mucho, porque cuando un niño dibuja algo, sé que lo hace con el corazón”.
(EG) (Agencia Fides 2/07/2022)


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