ASIA/UZBEKISTÁN - El administrador apostólico: “Siempre se necesitan sacerdotes y misioneros”

miércoles, 6 abril 2022 iglesias locales   sacerdotes   misioneros  

Tashkent (Agencia Fides) – “El colapso del impacto del coronavirus en Uzbekistán ha provocado el regreso de la comunidad internacional, que se había reducido en los últimos dos años. Esto también tiene consecuencias para nosotros: en Tashkent, cada domingo, celebramos misas en inglés, ruso y coreano. En ciertos momentos podemos contar con el apoyo de sacerdotes que vienen del extranjero para ayudarnos. Estos días, por ejemplo, un sacerdote francés del Instituto de San Juan Apóstol nos ayuda con la misa en inglés. En cambio, para garantizar un camino pastoral adecuado para la comunidad de habla coreana, cada tres meses nos acompañan dos sacerdotes de Corea, que se quedan unos diez días”. Así lo explica a la Agencia Fides el P. Jerzy Maculewicz, OFM Conv., Administrador Apostólico de Uzbekistán, refiriéndose a cómo la pequeña Iglesia local intenta llevar a cabo el trabajo pastoral para apoyar a los fieles locales y permitirles el acceso a todos los Sacramentos.
Según el franciscano, el acompañamiento espiritual de la comunidad coreana es un reto para los sacerdotes uzbekos: “Tenemos unas 50 personas de Corea. Antes de la pandemia, había más. En los últimos dos años todos habían regresado a su tierra natal, pero ahora están volviendo poco a poco. El domingo 3 de abril bautizamos a seis niños de esta comunidad, todos ellos de entre 10 y 12 años. Por desgracia, ninguno de nosotros sabe coreano y sólo unos pocos hablan inglés o ruso, por lo que no todos pueden recibir el sacramento de la confesión en estos idiomas o lo hacen con muy poco diálogo. Hemos creado una lista de pecados y algunas penitencias en coreano con una traducción al ruso en el anverso. De este modo podemos garantizar la confesión, mientras que durante los periodos en que llegan los dos sacerdotes de Corea, estos fieles pueden contar con una guía espiritual más profunda. Es un método sencillo, pero de momento parece que funciona”.
El crecimiento y el cambio de la comunidad de fieles en Uzbekistán han provocado una creciente necesidad de sacerdotes. Maculewicz explica: "A menudo pido a los católicos coreanos que nos envíen un misionero que, además de ocuparse de los fieles de esa nacionalidad, pueda ayudarnos a ocuparnos de los católicos locales. Aquí en Uzbekistán, de hecho, somos pocos: en Fergana hay un sacerdote franciscano y un hermano religioso, al igual que en Bujara; en Urgench sólo hay un sacerdote diocesano; en Samarcanda hay dos sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado, mientras que en Tashkent somos tres, pero uno de nosotros es anciano y cayó enfermo el año pasado, por lo que sólo puede concelebrar. Probablemente vuelva a Polonia en breve para recibir tratamiento y luego regrese aquí”.
La escasez de sacerdotes y religiosos, explica el franciscano, es un freno para el desarrollo de nuevas comunidades: “En este momento, las solicitudes de construcción de nuevas parroquias se han detenido, porque lo primero que se busca es ayuda. He invitado a una congregación de hermanas a establecerse en Urgench, donde sólo hay un sacerdote, mientras que el año pasado recibimos la visita del ministro general de los franciscanos, acompañado del padre provincial polaco. Juntos, estamos intentando implicar a otros franciscanos asiáticos en nuestra misión, y probablemente iniciaremos una colaboración con Indonesia”.
Sin embargo, las noticias positivas llegan desde el frente de las vocaciones de los uzbekos: "Tenemos dos chicos en el segundo año de seminario en Cracovia, Polonia, y un chico que está haciendo el año preparatorio del seminario en Kazajstán. Es una noticia que nos anima y nos da esperanza para el futuro de nuestra misión”, concluye.
(LF-PA) (Agencia Fides 5/4/2022)


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