ÁFRICA/ARGELIA - El nuevo arzobispo Jean-Paul Vesco toma posesión en Argel: “nuestros beatos son luz en nuestro camino”

sábado, 12 febrero 2022 iglesias locales   obispos   islam   mártires  

Argel (Agencia Fides) - Una Iglesia "aliada" de Argelia "sin arrepentimiento", que comparte todas las alegrías y las penas del pueblo argelino sin pretender privilegios, y que quiere imitar la "discreción" de Jesús en las Bodas de Caná, no por cálculo ni por obligación, sino porque reconoce que el anuncio del Evangelio y la confesión apostólica de la fe son esencialmente ajenos a los caminos del proselitismo. Este es el rostro de la comunidad católica argelina, como lo atestiguan las palabras y los momentos que marcaron la ceremonia de investidura del nuevo arzobispo de Argel, Jean-Paul Vesco, el viernes 11 de febrero, fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Lourdes.
La solemne liturgia eucarística, presidida por el Arzobispo, contó con la asistencia de cientos de personas, en una catedral abarrotada como no se veía desde hace tiempo. La celebración estuvo acompañada por los cantos de un coro formado por más de 120 miembros, en su mayoría jóvenes de países del África subsahariana, que emigraron a Argelia por motivos de estudio o en busca de trabajo, y que representan una parte importante de la diversa comunidad católica argelina. En algunos de los discursos pronunciados al final de la celebración - informa a la Agencia Fides uno de los presentes - los católicos argelinos expresaron con tonos emotivos su bienvenida al nuevo Arzobispo, presentándose como una pequeña comunidad que percibe con emoción y vive con gratitud su pertenencia a la Iglesia universal. La concelebración eucarística contó con la presencia del arzobispo Kurian Mathew Vayalunkal, nuncio apostólico en Argelia, junto con los obispos católicos del país, empezando por el obispo emérito de Argel, el jesuita Paul Desfarges. También asistieron a la ceremonia representantes de las autoridades locales y del Ministerio de Asuntos Religiosos, así como representantes de las comunidades islámicas locales.
En su homilía, monseñor Vesco ofreció ideas evocadoras inspiradas en el episodio evangélico de las Bodas de Caná, leído durante la liturgia de la Palabra. El Arzobispo comenzó diciendo que la Iglesia católica y el pueblo argelino son en cierto modo “un matrimonio, una alianza. Nuestra Iglesia, desde la independencia de Argelia, está bajo el signo de la alianza con este país y sus habitantes, una alianza sin arrepentimientos”. Una alianza cuyo signo son las vidas de los diecinueve sacerdotes, religiosos y consagrados que murieron como mártires en la década oscura de Argelia, y cuya beatificación, celebrada el 8 de diciembre en Orán, representa “una luz en nuestro camino”. “Compartimos -continuó el nuevo arzobispo de Argel- las alegrías y las penas de los ciudadanos de este país, y queremos ser una Iglesia plenamente ‘ciudadana’, que no reclame ningún derecho, salvo el de poder ejercer sus deberes y su responsabilidad como ciudadana. Este es el color particular del testimonio evangélico de nuestra Iglesia”. Un color singular que abarca también la discreción empleada por el propio Jesús en las bodas de Caná, cuando como invitado no se colocó en el centro de la escena, y obró delicadamente un milagro “que ya anunciaba, a través del agua transformada en vino, la entrega de su propia sangre para la Salvación del mundo, como recordaremos en la Eucaristía”. “Nadie -señaló el arzobispo Jean-Paul en su homilía- es consciente de este acto divino que alegra el corazón de todos y salva el honor del novio, excepto los que sirven la mesa. Del mismo modo, nuestra Iglesia en Argelia también quiere ser discreta, no por cálculo o estrategia, ni por obligación. Quiere ser discreta, no en el sentido de ser borrada, temerosa, asustada. Quiere ser discreta en el sentido que decimos de una persona que respeta la intimidad y la fe de los demás. Por eso nuestra Iglesia, en su esencia, no es ni puede ser proselitista”.
En la convivencia representada por las bodas de Caná -añadió el nuevo arzobispo de Argel- podemos percibir también la “jovialidad”, que suena a alegría, a felicidad de estar juntos. El Evangelio de las bodas de Caná “nos invita a esta alegría de las bodas, y seguramente nos sucederá antes o después el transformar el agua en buen vino argelino”.
Jean-Paul Vesco, nombrado arzobispo de Argel por el papa Francisco el 27 de diciembre de 2021, hasta entonces era obispo de Orán. Nacido en Lyon en 1962, comenzó su carrera de abogado, antes de sentir la vocación que le llevaría a ingresar en la Orden de Santo Domingo, la misma a la que pertenecía Pierre Claverie, el obispo de Orán asesinado dos meses después de los monjes de Tibhirine. Cuando los padres dominicos expresaron su intención de reforzar su presencia en Argelia, el padre Vasco ofreció su disponibilidad y fue enviado a Tlemcen, a 150 kilómetros de Orán, junto con un hermano más anciano.
El Papa Benedicto XVI nombró a Jean-Paul Vesco para dirigir la diócesis de Orán el 10 de diciembre de 2010, en el aniversario de la muerte de Charles de Foucauld, el “hermano universal” que durante décadas inspiró la pastoral de las Iglesias del Magreb y que será proclamado santo en mayo. Durante su ministerio episcopal en esa ciudad, monseñor Jean-Paul también contribuyó a desarrollar actividades e iniciativas al servicio del conjunto de la sociedad argelina: una biblioteca para estudiantes, talleres de artesanía, acompañamiento de personas con dificultades económicas y sanitarias. Como obispo de Orán, también participó en el Sínodo de 2015 dedicado a la familia. En 2018, concelebró en Orán la ceremonia de beatificación de los 19 mártires católicos asesinados en Argelia entre 1994 y 1996.
(GV) (Agencia Fides 12/2/2022)


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