ASIA/FILIPINAS - Misión entre los indígenas en las montañas de Mindanao

miércoles, 18 enero 2006

Manila (Agencia Fides) - La gran de Mindanao, habitada por cristianos, musulmanes e indígenas lumads, es una tierra de misión en la que algunos valientes sacerdotes, religiosos y laicos, llevan la Buena Nueva. Ellos llegan hasta las aldeas que se encuentran en áreas remotas, en la selva o en los montes, habitados por grupos indígenas que no han oído nunca hablar de Jesucristo.
El P. José Aduana, de los Oblatos de Maria Inmaculada, es uno de ellos. Dirige una escuela elemental en la aldea montañosa de Pangipasan, y vive en contacto con estas poblaciones, divididas en pequeñas tribus que no han recibido ninguna influencia ni de la civilización occidental ni de la islámica.
Ante todo los misioneros ayudan y apoyan a los indígenas en la campaña de conservación de su tierra, que con frecuencia en el pasado se les había expropiado por motivos de carácter político y económico, para darla en concesión a empresas que explotasen sus recursos naturales y mineros. La protección de la tierra, explica el misionero, es la garantía fundamental para que pueda sobrevivir la cultura de las poblaciones indígenas. En segundo lugar los indígenas luchan cada día por la supervivencia, ya que viven de la agricultura de subsistencia, y es necesario enseñarles nuevas técnicas agrícolas.
Los Misioneros Oblatos, según informa el boletín Omiworld, se ocupan también de la atención médica, de la asistencia sanitaria y de la instrucción de estas poblaciones, trabajando sobre todo en el distrito montañoso de Kidapawan. La escuela elemental en Pangipasan fue construida en 1977 y hoy funciona con escuela a tiempo completo para 177 estudiantes de la tribu de los manobos. Con anterioridad existía en el lugar una escuela elemental pública, que se cerró ante la imposibilidad de encontrar docentes dispuestos a llegar a aquellas áreas tan difíciles.
Hoy, gracias a la labor de los misioneros, la vida de los indígenas de Kidapawan ha mejorado y su desarrollo humano, social y cultural continúa, en armonía con su cultura y sus tradiciones. Por medio de la promoción humana, y llevando a la práctica un proceso de "inculturación" de la fe cristiana, los misioneros anuncian a los indígenas de Mindanao el mensaje de amor de Dios y la redención del hombre en Cristo Jesús. (Agencia Fides 18/01/2006 Líneas: 28 Palabras: 381)


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