AMÉRICA/COLOMBIA - El compromiso de la iglesia en los procesos de paz: con preocupación pero trabajando sólidamente

sábado, 5 mayo 2018 farc   paz   conferencias episcopales   grupos armados  

Bogotá (Agencia Fides) - “Existe una gran preocupación pero también se tienen resultados concretos”, comenta a la Agencia Fides el padre Darío Echeverri, misionero claretiano, Secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) de la Conferencia Episcopal Colombiana explicando la labor de la iglesia en los progreso del proceso de reconciliación después de la paz con la guerrilla de las Farc y el cese del fuego con el ELN.
Los días 18 y 19 de abril tuvieron lugar dos encuentros paralelos para hacer un balance de la situación y evaluar el trabajo: el quinto encuentro nacional de agentes pastorales para la Reconciliación y la Paz en los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) y la segunda mesa de acompañamiento de los comités diocesanos de apoyo al proceso de paz con el ELN.
En el primer caso, explica el p. Darío, “la Iglesia ha previsto convocar a los párrocos de los territorios de los ETCR incluso antes de la firma de paz”. Los ETCR son zonas de concentración preestablecidas para apoyar la inclusión en la vida civil de los ex guerrilleros (algunos de ellos nacidos dentro de las Farc o enrolados de niños) a través de la educación profesional y técnica y otros mecanismos de inducción al mundo del trabajo, siguiendo un modelo de reintegración comunitaria (una tarea que no es fácil). “Los párrocos son muy importantes”, continúa el secretario general, “porque tienen la posibilidad real y la confianza de los guerrilleros de sentarse alrededor de una mesa para preguntarles, ante todo, sobre sus necesidades y dificultades en el proceso de inserción.
La Iglesia ha hecho un trabajo que, sinceramente, me parece muy positivo. A nivel general hemos comprobado que existe un reconocimiento de la autoridad moral de la Iglesia por parte de las FARC en este campo. Sin embargo, la población está preocupada por la evolución de la situación de los ex insurgentes”. Casi el 70% de ellos han abandonado los ETCR, “en los que, además, no están obligados a quedarse”, señala el padre Darío, quien atribuye el fenómeno al retraso del estado. “El Gobierno no ha hecho su parte para ayudarlos a encontrar posibilidades concretas para el futuro. Es por eso que comenzamos a percibir el miedo de las personas. Precisamente por esta razón, el trabajo pastoral que se está llevando a cabo es vital”, insiste, “porque puede evitar que muchos ex miembros de las FARC terminen en las filas de otros grupos rebeldes o bandas criminales”. En lo que respecta al ELN, la CCN ha convocado a los representantes de 20 comités - formados por obispos, sacerdotes y laicos presentes en la diócesis donde está el ELN – instituidos en octubre como parte de la colaboración de la Iglesia, junto con la ONU, después del “Cese al fuego bilateral, temporal y nacional” acordado entre las partes, que cuenta con la participación de la Iglesia en el mecanismo de control y verificación del cumplimiento del acuerdo.
En este segundo encuentro, los delegados diocesanos intercambiaron experiencias, buenas prácticas y los desafíos encontrados en su trabajo. “El panorama es muy preocupante”, resume el padre Echeverri, “pero en la evaluación del trabajo llevado a cabo también han surgido elementos positivos que las personas han percibido, como por ejemplo, una reducción significativa de la violencia en las áreas que estaban en conflicto anteriormente. También hemos recopilado sugerencias para llegar a la mesa de negociación entre el ELN y el Gobierno, como propuestas sobre la pedagogía que se utilizará en esta fase de reintegración y una clara delimitación del alto el fuego”.
De hecho, como ya había informado Fides (véase Fides 25/04/2018), algunas áreas amazónicas, como el Catatumbo, en realidad son “tierra de nadie”, ya que el Estado aún no ha logrado reemplazar la “institucionalidad paralela” que antes aseguraban las organizaciones guerrilleras ocupando el territorio “no solo con la policía, sino también con los servicios de salud, educación...”. Los mismos soldados enviados para vigilar estas áreas dicen que se sienten expuestos y “sin garantías”, informa el religioso. (SM) (Agencia Fides 5/5/2018)


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