Roma (Agencia Fides) - Encender una vela para apoyar a los migrantes en sus viajes de esperanza: esta es la propuesta de las Hermanas Misioneras Scalabrinianas, una congregación religiosa que trata con migrantes desde su fundación, con motivo de la próxima Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que se celebrará el domingo 14 enero. “Este año invitamos a encender una vela frente a una de las ventanas de la casa, en todo el mundo, entre la noche del 14 y el 15 de enero”, explica la Hermana Neusa de Fátima Mariano, Superiora General de las Scalabrinianas, en una nota enviada a la Agencia Fides. “Es un pequeño gesto que da testimonio de nuestra cercanía con los migrantes que viajan en busca de esperanza”.
La Hermana Neusa de Fátima explica que “los migrantes son los protagonistas de un viaje con el que ponen en riesgo lo más precioso que tienen, sus vidas. Pero no están las experiencias del Mediterráneo. Las fronteras del mundo son muchas: comenzando por el Norte y el Centro de América con la frontera entre México y los Estados Unidos, pasando luego a las tragedias que se viven en África y Asia, que el mismo Papa Francisco ha visitado recientemente”. “El mundo debe tomar conciencia de que la migración es un hecho humano y gestionarlo y apoyarlo es una cuestión de humanidad”, ha reiterado, con la esperanza de que “tal vez este sea el momento justo en el que se abatan las fronteras nacionales individuales”.
Luego, la Superiora general recordando el Mensaje del Papa subraya que “las cuatro acciones sugeridas por el Pontífice de acoger, proteger, promover e integrar, son un compromiso que no solo se pide a las instituciones sino también a todos los ciudadanos del mundo”. Como ha señalado el Papa Francisco durante la misa de la última Navidad, José y María eran migrantes: huían para sobrevivir. Su modelo de ser familia es un principio universal”.
En el Mensaje que el Papa Francisco ha publicado para la Jornada Mundial de los Migrantes y los Refugiados 2018, sobre el tema “Acoger, proteger, promover e integrar
a los migrantes y refugiados”, el Papa escribe entre otras cosas: “Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia. A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia. Esta solicitud ha de concretarse en cada etapa de la experiencia migratoria: desde la salida y a lo largo del viaje, desde la llegada hasta el regreso. Es una gran responsabilidad que la Iglesia quiere compartir con todos los creyentes y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que están llamados a responder con generosidad, diligencia, sabiduría y amplitud de miras, cada uno según sus posibilidades”.
El domingo 14 de enero, con motivo de la Jornada mundial de los migrantes y refugiados, a las 10 de la mañana, el Santo Padre Francisco celebrará la Santa Misa en la Basílica Vaticana. (SL) (Agencia Fides 11/1/2018)