AMÉRICA - Pacto Mundial para la Migración: “el cristianismo construye puentes, no edifica muros”

jueves, 7 diciembre 2017 migrantes   sociedad civil   iglesias locales   política   onu   derechos humanos  

Suore scalabriniane

Migrantes en México

Monterrey (Agencia Fides) – “La iglesia Católica en México no ha dejado de trabajar en el apostolado en favor de los migrantes; continuaremos colaborando con la conferencia Episcopal de EEUU, con los obispos de la frontera y con sacerdotes, religiosos, laicos activos en esta labor”: lo declara a la Agencia Fides el obispo Alfonso G. Miranda Guardiola, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, ilustrando el trabajo de las iglesias en América Latina para defender los derechos de los migrantes y de los refugiados, mientras se avanza con los trabajos de preparación de los dos pactos mundiales sobre migración que la ONU quiere aprobar en septiembre de 2018.
Mientras la iglesia trata de sensibilizar sobre la acogida a los migrantes, comienzan a manifestarse las diferentes posturas de los gobiernos nacionales ante los pactos mundiales: hace unos días el presidente USA Donald Trump, ha decidido retirar a su país del proyecto del Pacto Mundial sobre migración.
Mons. Miranda continúa: “seguimos el trabajo con el CELAM en la zona Latinoamericana y Caribeña a través de la red 'Clamor', que se ocupa de migración, desplazamiento, refugio y trata de personas, poniendo al servicio de los migrantes acciones humanitarias, buscando su inserción e integración en la sociedad”. “Sostenemos a quienes busca paz, trabajo y una vida digna. El cristianismo es una religión de paz hecha para construir puentes, no para edificar muros. Esa es nuestra misión: sufrir con el que sufre, acompañar al ser humano en cualquier condición sin ningún tipo de distinción, abrazando a todos sin reservas”, concluye el obispo.
En septiembre de 2016, los 193 miembros de la Asamblea General de la ONU adoptaron unánimemente un texto llamado la “Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes”, con la intención de mejorar la gestión internacional sobre recepción y asistencia a los retornos. En base a esta Declaración, el Alto Comisionado para los Refugiados recibió el mandato de proponer un Pacto Mundial sobre Migrantes y Refugiados que debería estar listo para septiembre de 2018. De aprobarse, el Pacto debe asegurar una serie de puntos fundamentales como garantizar los derechos humanos de los migrantes o la responsabilidad compartida entre naciones y entre gobiernos locales y estatales.
La Comisión Episcopal de Migraciones, ha elaborado un documento de 20 puntos de acción pastoral con directrices concretas para poner en práctica cuatro acciones - acoger, proteger, promover e integrar - que provoquen actitudes e iniciativas por parte de las comunidades cristianas en favor de las personas desplazadas forzosamente. Y sobre todo que tengan impacto en las políticas internacionales y nacionales.
“Una de las partes más importantes del trabajo que deben hacer las Iglesias locales en los que se refiere a las migraciones, es promover una cultura de la acogida en las parroquias. Cerrar las puertas al que huye de la guerra o el hambre no es cristiano” declaró recientemente Mons. Fabio Baggio, misionero scalabriniano y subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral durante uno de sus encuentros internacionales para coordinar la pastoral de las iglesias locales.
Según la ONU, hay 20 millones de refugiados fuera de sus países y otros 40 millones de personas desplazadas internas huyendo de la violencia. Además, 244 millones de personas se han visto obligadas a cruzar las fronteras de su nación en busca de oportunidades económicas. (L.G) (Agencia Fides 7/12/2017)


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