Nairobi (Agencia Fides) – “En Nairobi hay 130 chabolas que albergan a unos 2 millones de personas. Los residentes de las instalaciones informales constituyen el 55% de la población total de la ciudad y están concentrados tan solo en un 1,5% del área urbana. Nairobi está así más densamente poblada de chabolas que Calcuta o Bombay consideradas como las peores ciudades-chabolas del mundo”.Son las dramáticas cifras de la relación realizada por los trabajadores pastorales de las parroquias que trabajan en las barriadas de la capital de Kenia. El documento ha sido presentado por el Arzobispo de Nairobi Mons. Raphael S. Ndingi Mwana. En Nzeki, según la relación “la mayor parte de estas instalaciones como Kibera, Korogocho, Kiambiu y Mukuru han sido declaradas ilegales”. Por este motivo la población de las chabolas no tiene ningún incentivo para mejorar la propia condiciones de vida por que viven en el miedo constante de ser expulsados de un momento a otro. “Además” continua la relación “como estas instalaciones son consideradas ilegales, a la gente que vive allí se les niega las infraestructuras de base como son una casa adecuada, agua corriente, desde el sistema de alcantarillado al de electricidad, de la iluminación de las calles a la eliminación de residuos”.
Según la relación “no puede haber paz y desarrollo en Nairobi donde miles de personas viven en condiciones deplorables y sufren por la inseguridad cotidiana”. En los barrios además hay tensiones entre los propietarios de terrenos y los inquilinos. “La mayor parte de los propietarios no residen en las chabolas y se dirigen allí tan solo para cobrar los impuestos. Los inquilinos son entre el 1’80% y el 90% de la población y constituyen claramente el más pobre y marginado entre los subgrupos” afirma la relación. Otras tensiones derivan de la presencia de etnias y religiones diversas.
El anuncio hecho por el gobierno en marzo de este año de la puesta en marcha de los trabajos en el poblados de Soweto y Kibera, según la relación “ha sido acogido con entusiasmo por los habitantes pero también con temor. Esto porque se prevé que se demolerán un numero sustancial de edificios para poder construir nuevas viviendas, calles y otras infraestructuras”. Por esto el documento afirma que “proyectos de amplia portada como este deben seguir cierta líneas guías: en primer lugar deben prever un plan de reinserción y permitir a los beneficiarios participar en todo los niveles en la formulación e implementación del proyecto”.
Los trabajadores pastorales sugieren por último algunas medidas a adoptar para mejorar las condiciones de las chabolas: las instalaciones informales deben ser reconocidas como instalaciones legales; el gobierno debe garantizar servicios de base como carreteras, servicios higiénicos, agua corriente, electricidad además de espacios recreativos para los jóvenes y mercados públicos. (L.M.) (Agencia Fides 29/7/2003 Líneas: 38 Palabras: 472)