ASIA/VIETNAM - NUEVAS TIERRAS DE MISIÓN ENTRE LOS POBRES DE VIETNAM DEL NORTE EN EL 75 ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN RELIGIOSA LOCAL DE LAS “RELIGIOSAS AMANTES DE LA SANTA CRUZ”

lunes, 28 julio 2003

Hanoi (Agencia Fides) - Desde hace 75 años están al servicio de los más pobres entre los pobres, de los marginados, leprosos, enfermos terminales: la Congregación de las Religiosas Amantes de la Santa Cruz, instituto religioso vietnamita que trabaja en Vietnam central y desde sus inicios trabaja en áreas montañosas y rurales ayudando al desarrollo de los servicios sociales, educativos y sanitarios.
Ahora la Congregación, aprobada por la Santa Sede en 1929, se prepara para celebrar el 75 aniversario de su fundación que tendrá lugar en marzo del 2004, con un año de preparación que “representa una oportunidad para agradecer a Dios las gracias recibidas en todos estos años, ver las dificultades y los frutos de nuestro servicio, reorientar nuestra vida y nuestra actividad en favor de los últimos” tal como ha dicho Sor Anna Le Thi Than Huong, Superiora General de la Orden.
Mons. Pierre Nguyen Soan, Obispo de Qui Nnhon, en Vietnam central, donde las religiosas tienen la Casa Generalicia, presidió recientemente una Misa para comenzar el año que concluirá con las solemnes celebraciones del aniversario. En este año las religiosas impulsarán su trabajo misionero en Vietnam del Norte, especialmente en las zonas más remotas de Binh Dinh, donde hay algunas parroquias sin sacerdote y la población necesita pues un apoyo humano, pastoral y social.
La Congregación tiene 286 religiosas profesas, 30 novicias, 20 postulantes además de 200 candidatas postulantes y tiene algunas comunidades también en Europa y América. El Instituto atraviesa hoy un periodo de refloración después de las dificultades de finales de los 70 cuando, con la instauración del gobierno comunista en 1975, les fue prohibido a las religiosas tener orfanatos y escuelas y se vieron obligadas a trabajar en el campo, dando catequesis en medio de las fatigas de la vida cotidiana. “Esta persecución fue sin embargo, un medio para acercarse más a la situación real y al corazón de la gente vietnamita – señala Mons. Pierre Nguyen Soan – y sirvió a las religiosa para profundizar en su vocación y su espiritualidad al servicio de los pobres”. Actualmente las religiosas gozan, en el desarrollo de su misión, de una apertura y libertad impensable hace 25 años y pueden trabajar en la promoción humana y desarrollo social y cultural de la población vietnamita.
(PA) (Agencia Fides 28/7/2003 Líneas: 34 palabras: 408)


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