VATICANO - Viajes Apostólicos de Juan Pablo II (6)

lunes, 4 abril 2005

En Africa: “Habéis conocido graves pruebas. Quiero reforzar vuestro espíritu. Confiad vuestras necesidades al Señor, que es fiel, y ayudaos mutuamente”

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Santo Padre Juan Pablo II visitó en 14 ocasiones el continente africano, llegando a 42 países. El primer viaje a Africa fue en mayo de 1980: Zaire, Congo, Kenia, Ghana, Alto Volta (actual Burkina Faso) y Costa de Marfil, en una viaje de 10 días en los que el Papa pronunció 72 discursos. La última vez que el Santo Padre estuvo en tierra africana fue en febrero del 2000 en Egipto, en la histórica peregrinación al Monte Sinaí. Los países más visitados por Juan Pablo II en el continente africano fueron Kenia y Costa de Marfil, que visitó en 3 ocasiones, y Nigeria, Zaire, Burkina Faso y Camerún, que visitó en 2 ocasiones. En el año 1990 realizó dos viajes a Africa, en enero y en septiembre, y lo mismo en 1992, en febrero y junio.
Algunos de estos viajes tuvieron por objetivo principal la beatificación de algunos siervos de Dios africanos, como ocurrió en la visita Pastoral a Madagascar en 1989, donde beatificó a Victoire Rasoamanrivo, y en La Reunión al Hermano Scubilion (Jean-Bernard Rousseau), o la visita a Nigeria en 1998 para beatificar al Siervo de Dios P. Cyprian Michael Iwene Tansi. En 1995 viajó a Yaundé (Camerún), Johannesburgo/Pretoria (Sudáfrica) y Nairobi (Kenya) con ocasión de la fase celebrativa de la Asamblea Especial para Africa del Sínodo de Obispos.
El contexto histórico del primer viaje de Juan Pablo II a Africa, en 1980, era la celebración del centenario de la evangelización de Ghana y Zaire. Juan Pablo II renovó la consagración misionera a la Virgen en Kinshasa, siguiendo lo que hacían los misioneros cuando llegaban para anunciar el Evangelio. El Santo Padre alentó a la Iglesia africana a ser cada vez más misionera: “vosotros sois los misioneros de vosotros mismos”, dijo con fuerza. A los misioneros de la selva les dijo: “vuestro trabajo merece la solidaridad de toda la Iglesia” y alentó también a los Obispos a un empeño mayor por la pastoral familiar, e insistió en la africanización de la Iglesia. En Brazzaville afirmó: “Sé que continuáis la obra de evangelización en condiciones que no son fáciles, con medios muy pobres. Habéis conocido graves pruebas. Quiero reforzar vuestro espíritu. Confiad vuestras necesidades al Señor que es fiel y ayudaos mutuamente”. Y en Nairobi recordó que el más valioso tesoro de Africa es la fe.
En febrero de 1982 el Papa realizó su segundo viaje al continente africano, esta vez a Nigeria, Benin, Gabón y Guinea Ecuatorial. Durante este viaje recordó los orígenes de la evangelización y la heroica labor de los primeros misioneros, la importancia de la familia y los tradicionales lazos de unión de la familia patriarcal africana y los valores cristianos, la defensa de la vida y el respeto de los miembros de la familia. El Papa habló de la importancia de los catequistas en la evangelización inicial y permanente y del compromiso de la mujer a favor de la familia y de la instrucción religiosa de los hijos. Durante este viaje Juan Pablo II pidió explícitamente que la evangelización fuera una prioridad suprema, y propuso la unidad y la evangelización como doble propósito de su visita.
En mayo de 1989, en su quinto viaje a Africa tuvo lugar un evento que marcó la historia del pueblo malgache: la beatificación de la primera hija de Madagascar, Victoria Rasoamanarivo. De ella el Papa dijo: “Victoria amó auténticamente a Cristo, dando testimonio así del papel que compete a la mujer en la Iglesia. Su beatificación en un aliento para todas sus hermanas de Madagascar”. En La Reunion proclamó beato a un gran misionero: el hermano Scubilion, apóstol de los esclavos negros, incansable educador y catequista.
En su viaje a Túnez en abril de 1996 (12º viaje a Africa), el Santo Padre realizó un fuerte llamamiento a la paz y al dialogo y animó a los fieles católicos a perseverar en la vida fraterna y en la fidelidad a la herencia recibida: “Sed testigos de la Buena Nueva tras las huellas de los grandes santos que han distinguido esta tierra en el curso de los primeros siglos del cristianismo. Sed herederos fieles de esos testigos supremos”.
Dentro del marco del Gran Jubileo del año 2000 el Santo Padre realizó la histórica peregrinación a las fuentes de la fe cristiana, al lugar del encuentro y del pacto con Dios: al Monte Sinaí. “Hoy con gran alegría y profunda emoción, el Obispo de Roma se hace peregrino al Monte Sinaí... Recibamos hoy de un modo renovado la ley divina como un tesoro precioso”.
Juan Pablo II, en sus numeroso viajes por tierras africanas, visitó países que sufren de epidemias, hambre, guerras y muerte, siempre alentando a la población. En diciembre de 1994 Juan Pablo en Sudán denunció la tragedia silenciosa de los cristianos del Sudán meridional y reafirmó “que el derecho a la libertad religiosa es fundamental para una pacífica convivencia”. En junio de 1992 viajó a Angola y Ruanda, países escenario, durante muchos años, de violencia cruel. Por doquier Juan Pablo II pidió la paz y exhortó a la fraternidad y a la reconciliación. En febrero de 1993 el Papa fue a Uganda, país que sufre particularmente el flagelo del Sida, por lo que su mensaje hizo referencia a esta realidad: a los jóvenes les habló de la fidelidad y castidad, frente a la libertad sexual y la promiscuidad, como armas para combatir tan terrible enfermedad e insistió en que la sociedad precisa tolerancia, solidaridad y comprensión para con los enfermos y sobre todo para con los niños victimas inocentes. (Agencia Fides - SIGUE)


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