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Ciudad de México (Agencia Fides) – Desde 2010 todos los que se oponen al proyecto hidroeléctrico El Naranjal, en Veracruz (México), entre los que también hay sacerdotes, viven en un clima de amenazas e intimidaciones: lo han denunciado los obispos que han pedido a las autoridades federales y estatales que dialoguen con la gente del lugar para encontrar la solución al problema.
En un comunicado de la Conferencia Episcopal Mexicana enviado a Fides, la Comisión para la Pastoral Social se une a la denuncia realizada por Mons. Eduardo Patino, obispo de Córdoba, que ha pedido a las autoridades federales y estatales de Veracruz, clarificar el origen de las amenazas e intimidaciones contrae el sacerdote Julian Gonzalez y contra los miembros del Colectivo “Defensa Verde Naturaleza para Siempre”, y asumir una postura contundente y definitiva en torno al proyecto hidroeléctrico El Naranjal.
Este proyecto, se explica en el comunicado de los obispos, corresponde a una de las 112 represas de capital privado que pretenden construirse en el estado de Veracruz y que amenazan el territorio de Amatlán de los Reyes y siete municipios de la región que afectarían a 30 mil personas. Se trata de la hidroeléctrica más importante del estado que podría tener una capacidad instalada de 360 MW, pero que de acuerdo a la opinión de varias comunidades y del Colectivo antes mencionado, causaría un grave daño ecológico ya que afectará sus tierras por la tala de árboles indiscriminada y la disminución significativa del causal del Río Blanco.
Las poblaciones por las que pasará el canal tendrán el peligro potencial de infecciones virales y los posibles riesgos del desbordamiento en temporadas de lluvia, además de temer las infiltraciones de las aguas contaminadas. Los obispos no se oponen al proyecto, que quizás es necesario, pero subrayan la importancia del diálogo para resolver definitivamente el problema en la zona. (CE) (Agencia Fides, 28/03/2014)
