El camino hacia la ley sobre la inmigración: 1998-2002

sábado, 2 octubre 2004

El partido socialdemócrata (Spd) ha formado un gobierno de coalición rojo-verde con el Grüne/Bündnis 90 después de las elecciones de septiembre de 1998, y ha decidido que la liberalización de la inmigración fuese una prioridad del gobierno, seguida por la reducción del paro.
El nuevo gobierno anunci en octubre de 1998, la intención de reformar la ley de 1913 sobre la ciudadanía (el Reichs-und Staatsangehörigkeitsgesetz) para permitir a los niños nacidos en Alemania ser ciudadanos alemanes y permitir a los extranjeros que se toman la nacionalidad alemanes mantener su nacionalidad de origen. Si se hubieran efectuado, estas propuestas habrían transformado Alemania de uno de los países más restrictivos en Europa en la cuestión de la naturalización, a uno de los más liberales.
Algunas consideraciones documentan que al menos, la mitad de los 7,33 millones de extranjeros en Alemania se harán ciudadanos alemanes y que la mayor parte de ellos apoyaría el Spd o el partido Verde si estos realizasen la liberalización de la ley de la inmigración. Sin embargo, los partidos de la oposición hicieron una petición contra la propuesta de la doble nacionalidad a principio de 1999 y derrotaron al Spd en las elecciones en Assia, aunque no en el Norte Rin-Westfalia. El resultado ha sido un compromiso que ha permitido a los niños nacidos de al menos de un padre legalmente domiciliado en Alemania desde hace más de ocho el ser considerados como ciudadano alemán en su nacimiento, con la regla de tener que decidir, a los 23 años, si continuar con la ciudadanía alemana o elegir la ciudadanía de los padres. La doble nacionalidad queda excluida.
A principios del 2000, los empresarios alemanes decían que había75.000 puestos de trabajo para programadores de ordenador e ingenieros y pidieron al gobierno que facilitase las admisiones de profesionales extranjeros para cubrir estos puestos. El gobierno Spd-verde actuó rápidamente. "El programa green card" fue lanzado en agosto del 2000 y casi entraron 1.000 extranjeros en un mes a Alemania con un permiso para cinco años.
El programa del "green card" ha aumentado los beneficios económicos de los emigrantes, al menos de algunos, y ha abierto el camino a una comisión de 21 miembros, presidida por Rita Suessmuth que, en la relación del 4 de julio del 2001 "Organización de la inmigración-integración del extranjero" propuso dejar entrar 50.000 extranjeros al año, que llegan actualmente por las reunificaciones de las familias, las solicitudes de asilo, etc... La mayor parte de estos inmigrantes son profesionales, incluidos los graduados extranjeros de las universidades alemanas.
El Gobierno ha abrazado la relación de la Comisión Suessmuth y ha propuesto una legislación que aplica sus principales recomendaciones, dando así a Alemania el primer sistema regulado sobre la inmigración. En el 2001, hubo negociaciones entre los partidos al gobierno y los de la oposición. Las negociaciones referentes a cuestiones como la edad máxima que teñían que tener a los niños para poderse unirse a sus padres en Alemania (actualmente 16 años). La cuestión era si había que disminuirla a 14 o hasta 12 años.
Si la nueva ley alemana sobre la inmigración entrará en vigor, Alemania continuaría recibiendo inmigrantes en gran parte no cualificados por medio de los canales de la unión familiar y el asilo, pero un nuevo canal podría ser abierto para los profesionales. La esperanza del gobierno es que los beneficios económicos de los extranjeros calificados gradualmente cambien las actitudes de los alemanes hacia la inmigración, permitiendo una mayor liberalización en el futuro.
En 1973 había 4 millones de extranjeros en Alemania y el 62%, (2,5 millones) eran funcionarios. En el 2000 los extranjeros eran 7,33 millones, pero solamente el 27% (2 millones) estaban empleados.
Desde 1979 hasta hoy son casi 2.000.000 los clandestinos que han pasado desde Turquía a Europa, la mayor parte procedente de Kurdistán, con destino a Alemania.
El flujo continuo de llegadas demuestra que este país es visto cómo tierra prometida por miles de prófugos. De los 7,3 millones de extranjeros registrados (correspondientes al 8,9% de la población) un quinto (1,6 millones) están representados por prófugos: ningún otro país europeo alcanza estas cifras. Además, también quién no consigue el asilo, logra en todo caso sobrevivir gracias a los cheques previstos para los refugiados: una contribución económica que, si en Alemania garantiza solamente un bajo tren de vida, en los países de origen representa una verdadera fortuna. Desde el punto de vista económico el peso para el Estado no es indiferente y alcanza la cifra de 5 millones de euros al año, dado que mantener a cada individuo refugiado cuesta de media cerca de un millón de viejas liras al mes. En 1997 las solicitudes de asilo fueron 150.000 de las cuales 24.000 han tenido resultado positivo y, si se confirmase esta tendencia, en el 2030 los extranjeros en Alemania se convertirían en el 23% de la población.
Ya en 1994 uno de cada siete matrimonios era mixto. De las estadísticas criminales resulta que el 64,4% de los homicidios es cometido por extranjeros así como el 65,3% de los robos y el 74% del tráfico de drogas (peculiaridad de turcos y kurdos).
Los kurdos que llegan a Alemania huyen de la miseria, de las persecuciones étnicas y políticas. En los barrios periféricos de Berlín, o en el famoso y central Kreutzberg, los turcos y los kurdos alcanzan la cuota de 150.000. En conjunto en Berlín, según el Pkk, hay 300.000 curdos y 1.000.000 en toda Alemania. La diáspora curda parece haber encontrado en Alemania su patria de elección. La mezquita, la academia de música, un periódico en Francfort que imprime en turco para que puedan leerlo el mayor número de curdos posible, incluso las generaciones más jóvenes que, por la política de discriminación realizada en Turquía, no saben leer su lengua original; una estación televisiva que transmite desde Bruselas; tiendas, pequeñas actividades comerciales dónde se encuentra de todo y luego centros culturales y otros. Son Sobre todo esto, la comunidad curda ha construido su pequeña nación en tierra alemana.


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