ASIA/PAKISTÁN - Nuevas contribuciones de los EE.UU. y China, pero las ayudas no llegan a las víctimas de las inundaciones.

lunes, 8 noviembre 2010

Islamabad (Agencia Fides) - Las ayudas humanitarias y las contribuciones donadas por los países extranjeros para la reconstrucción post-inundación se pierden en los ríos de la corrupción y no llegan a los refugiados. Es la denuncia que algunas organizaciones de la sociedad civil pakistaní han enviado a Fides.
De acuerdo con estimaciones oficiales, el gobierno de los EE.UU. ha contribuido a la emergencia con más de 463 millones dólares. Hace unos días llegó a Pakistán, una delegación del gobierno chino, que se ha comprometido a reconstruir puentes, carreteras, zonas agrícolas, infraestructuras, escuelas por un importe total de 250 millones de dólares: es la mayor contribución que Pekín ha realizado en su história, por razones humanitarias a un país extranjero.
Pero, según las denuncias de las organizaciones no gubernamentales, muy pocos de estos fondos, que pasan por varias entidades gubernamentales, llegan a los desplazados, que en muchas zonas se enfrentan a un grave problema de seguridad alimenticia. Por esta razón, un grupo de ONG han propuesto al gobierno que proporcione préstamos sin intereses a los pequeños agricultores que han perdido los cultivos y el ganado y que se encuentran al límite de la supervivencia. "El 50% de las zonas afectadas por las inundaciones no se pueden cultivar y hay que bonificarlo: esta situación tendrá un serio impacto sobre la agricultura y la producción de alimentos: por esta razón el gobierno debe sostener la alimentación durante seis meses, o el hambre llegará", señalan las Ong. Una posiciónque comparte el " World Food Programme" de las Naciones Unidas.
Mientras tanto, en varias aldeas de Sindh y Punjab, falta agua, electricidad, gas, comida, "así como educación, s servicios sociales y esperanza para el futuro", dicen fuentes de Fides. "La vida normal y el bienestar todavía son un espejismo, y esta situación persistente puede ser caldo de cultivo para el extremismo islámico”. La gente dice que "el gobierno piensa sólo en los ricos y no se ocupa de la masa de personas pobres afectadas por el desastre".
La protesta de los refugiados también va por vías legales: tres denuncias oficiales han sido presentadas ante el Tribunal Supremo contra el District Coordination Officer (DCO) de la ciudad de Larkana en la provincia de Sindh, bajo la acusación de "corrupción y discriminación en la distribución de bienes y servicios, que están condicionados por influencias políticas".
Según cientos de personas desplazadas que han firmado las denuncias, algunas zonas inundadas han sido completamente ignoradas por las autoridades, como los pueblos de Taluka Warrah, Mirpur y Khandoo, sumergidos de agua pero excluidos de las listas de beneficiarios.
En una situación similar de dolor y desesperación, los cristianos siguen mostrando su caridad, su sacrificio y su servicio a la humanidad que sufre. En los últimos días, el Obispo de Karachi, Mons. Evarist Pinto, a la cabeza de un equipo de Cáritas diocesana, ha visitado las zonas más pobres de Sindh, donde están instaladas muchas familias víctimas de las inundaciones, que han sido abandonadas a sí mismas. "Ha sido impactante ver las condiciones de vida de estos desesperados, el cansancio y el sufrimiento pintado en sus rostros. Ha sido muy triste ver a las mujeres y los niños: muchos de ellos están enfermos por falta de alimentos, medicinas y por las condiciones higiénicas. Niños y jóvenes se han visto obligados a dejar la escuela", ha explicado a la Agencia Fides un miembro de la delegación.
El Obispo ha dicho a las personas desplazadas, en su mayoría musulmanes: "somos vuestros hermanos y hermanas. Os aseguramos que no estais sólos. Oramos por vosotros y tratamos de ayudaros a través de Cáritas en este difícil momento. La humanidad es una única familiaestamos tratando de mantener con vosotros un vínculo de amor y armonía”. (PA) (Agencia Fides 8/11/2010)


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