VATICANO - Benedicto XVI reza por las victimas de la “absurda violencia” perpetrada en la catedral siro-católica de Bagdad, “aún más feroz ya que ha golpeado a personas inermes, reunidas en la casa de Dios”

miércoles, 3 noviembre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – Después de la oración del Ángelus recitado junto con los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro en la fiesta de Todos los Santos, el lunes 1 de noviembre, el Papa Benedicto XVI ha pronunciado estas palabras: "Ayer por la tarde, en un ataque muy grave a la Catedral siro-católica de Bagdad, ha habido decenas de muertos y heridos, entre ellos dos sacerdotes y un grupo de fieles reunidos para la misa dominical. Rezo por las víctimas de esta absurda violencia, que es aún más feroz ya que se ha cebado en personas inermes, reunidas en la casa de Dios, que es casa de amor y reconciliación. Expreso, además, mi afectuosa cercanía a la comunidad cristiana, que ha vuelto a ser golpeada, y aliento a todos los pastores y fieles a ser firmes en la fortaleza y la esperanza. Frente a los atroces episodios de violencia que siguen desgarrando a las poblaciones de Oriente Medio, renuevo mi apremiante llamamiento a la paz, que es un don de Dios, pero también el resultado de los esfuerzos de los hombres de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales. Que todos unan sus fuerzas para que termine todo tipo de violencia!”
Con motivo de los funerales de las víctimas del ataque terrorista, que se han celebrado el 2 de noviembre, el Santo Padre Benedicto XVI ha enviado el siguiente mensaje a Mons. Athanase Matti Shaba Matoka, Arzobispo de la Iglesia siro-católica de Bagdad: “Profundamente conmovido por la violenta muerte de tantos fieles y de los sacerdotes The’ir y Boutros Wasim, deseo expresar, en ocasión del Sagrado Rito exequial, hacerme participe espiritualmente, al tiempo que rezo para que estos hermanos y hermanas sean acogidos por la misericordia de Cristo en la Casa del Padre. esde hace años este país sufre indecibles penas y también los cristianos son objeto de feroces ataques que, con total desprecio de la vida, inviolable don de Dios, quieren minar la confianza y la civil convivencia. Renueva mi apremiante llamamiento para que el sacrificio de estos hermanos nuestros pueda ser semilla de paz y de verdadero renacer y para que cuantos llevan en su corazón la reconciliación y la fraternal y solidaria convivencia, encuentren motivo e impulso para obrar el bien. A todos vosotros queridos hermanos llegue mi consoladora Bendición Apostólica, que extiendo también con afecto a los heridos y a las familias tan duramente probadas”. (SL) (Agencia Fides 3/11/2010)


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