VATICANO - Sinodo del Medio Oriente: “Nuestras Iglesias necesitan despertar de nuevo su celo misionero renovando en nosotros el significado, el ardor, el impulso y el dinamismo misioneros”.

martes, 19 octubre 2010

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “Jesús no sólo ha mandado a los Apóstoles anunciar el Evangelio, sino que lo tienen que anunciar en el mundo entero. Esta es la misión de la Iglesia. Ser cristiano es ser misionero. No se es cristiano si no se es misionero. El anuncio es un deber de la Iglesia y del cristiano. El anuncio respetuoso y pacífico no es proselitismo”. Es un brano de la amplia “Relación después de la Discusión”, presentada por el Relator General de la Asamblea especial del Sinodo de los Obispos para el Medio Oriente, el Patriarca Antonios Naguib, y del Secretario Especial, Arzobispo Joseph Soueif, en presencia del Santo Padre, la mañana del 18 de octubre.
Continuando con el mismo tema la Relación continua: “Los Apóstoles y la Iglesia nacida en nuestras tierras han sido fieles a este mandamiento del Maestro, llevando la fe en Jesucristo hasta los confines de la tierra, a menudo con el precio del martirio. Su sangre fue la simiente de numerosas Iglesias. Las primeras Iglesias son el fruto de la muerte y la resurrección de Cristo. Nuestras Iglesias han estado a la vanguardia de las misiones. Aparte de sus raíces e historias misioneras, nuestras Iglesias están abiertas al oikoumene, a la universalidad, como cruce de caminos donde se encuentran Oriente y Occidente”.
El texto resalta que también hoy Jesús no cesa de enviar a su Iglesia “en misión al mundo de nuestras escuelas, nuestras aldeas, nuestros trabajos, y por todo el planeta… La Iglesia es esencialmente misionera en su naturaleza (Ad gentes 20). El anuncio del Evangelio y el anuncio de Cristo a todos los pueblos es el deber supremo de nuestras Iglesias y de todas las Iglesias. Nuestras Iglesias necesitan despertar de nuevo su celo misionero renovando en nosotros el significado, el ardor, el impulso y el dinamismo misioneros. La acción misionera debe encontrar de nuevo su lugar en la vida de nuestras Iglesias Orientales. Debemos renovar el compromiso misionero a la evangelización, ya sea en el interior de nuestro países, ya sea en el exterior: «Ay de mí si no predico el Evangelio» (1Cor 9, 16). La «misión» y el «anuncio» deben encontrar su lugar en nuestras Iglesias, según las posibilidades concretas de cada país”.
Finalmente, con respecto a este tema, se insiste en la necesidad de la formación misionera de los fieles y de los responsables de la vida de la Iglesia, deseando que se establezca a nivel regional un Instituto de formación misionera. La conclusión es que “Es necesario sobre todo sostener la misión y a sus misioneros a través de la oración”.
Sobre el tema de la libertad de religión y de conciencia, la Relación subraya que “la libertad religiosa es un componente esencial de los derechos del hombre. La falta de libertad religiosa está asociada muy a menudo con la privación de los derechos fundamentales. La libertad de culto es un aspecto de la libertad religiosa. En la mayor parte de nuestros países, está garantizada en la constitución. Pero a pesar de esto, en algunos países ciertas leyes o prácticas limitan su aplicación”.
“El otro aspecto de la libertad religiosa es la libertad de conciencia, basada en la libre elección de la persona. La libertad de conciencia está afirmada en la «Declaración Universal de los Derechos del Hombre» (10.12.1948, art. 18), ratificada por la mayor parte de los Estados de nuestra región… La libertad religiosa comporta también el derecho al anuncio de la fe de cada uno, derecho y deber de cualquier religión. El anuncio pacífico es muy distinto al «proselitismo», que la Iglesia condena firmemente en todas sus formas… El anuncio que la Iglesia reclama es, por el contrario, la proclamación y la presentación serena y pacífica de la fe en Jesucristo”. (SL) (Agencia Fides 19/10/2010)


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