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Rawalpindi (Agencia Fides) - "Su fallecimiento es una gran pérdida para el Islam moderado y dialogante del Pakistán. Es un duro golpe al diálogo interreligioso; es una advertencia a todos los musulmanes que se oponen a la injusta ley sobre la blasfemia": con estas palabras, el intelectual católico Francis Mehboob Sada, Director del “Christian Study Center” (CSC), de Rawalpindi, comenta a la Agencia Fides el asesinato de Mohammad Farooq Khan, un importante líder musulmán, Vice-Canciller de la Universidad Islámica de Swat, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (antes Frontera del Noroeste).
Farooq Khan, que también era psiquiatra, ha sido asesinado el 3 de octubre en Merdan, en la clínica donde trabajaba, por manos de dos asesinos que se han hecho pasar por pacientes. Segun las investigaciones preliminares, detrás del asesinato están grupos talibanes que infestan la zona y que veían con gran molestia la intensa actividad como conferenciante y opinion leader de la víctima
Francis Mehboob Sada explica a Fides: "Farooq Khan, es otra víctima del extremismo islámico. Su visión del Islam centrada en los valores de la persona y los derechos humanos, encontraba una feroz adversidad por parte de los talibanes. El coraje con que defendia públicamente estas ideas le ha costado la vida. Era un gran amigo del Christian Study Center. Participaba en nuestras conferencias y seminarios, con un espíritu de diálogo y espíritu constructivo. Estábamos de acuerdo en muchos temas que atraviesan la sociedad pakistaní, como la urgente necesidad de abolir la ley sobre la blasfemia. Hoy compartimos el dolor de su familia. Es una gran pérdida para el Islam de Pakistán y para todo el país. Son pocos los intelectuales musulmanes que podrán recoger su herencia y continuar sus estas ideas moderadas con el mismo valor”.
El Director del CSC recuerda la visión de Farooq: “Decía que era un humanista, que quería el bien de la humanidad, defendiendo la dignidad de todo ser humano. Sus valors de referencia eran: la igualdad, la democracia, la justicia, la honestidad, el respeto, el trabajo, el Estado de Derecho, el testimonio, la paciencia y la educación. Como musulmán, su visión del Islam tiene el deber de respetar esos valores. Era crítico de las interpretaciones restrictivas de la fe islámica. Por encima de todo, repetia, están la dignidad y el desarrollo de la persona”. La comunidad cristiana y los defensores de los derechos humanos en Pakistán han perdido a un amigo y un valioso aliado. (PA) (07/10/2010)
