VATICANO - Benedicto XVI en Reino Unido: “la colaboración y el diálogo interreligioso necesita del respeto recíproco, la libertad para poder practicar la propia religión y participar en actos públicos de culto, así como la libertad de seguir la propia conciencia”

sábado, 18 septiembre 2010

Londres (Agencia Fides) – “Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia Católica ha dado especial relieve a la importancia del diálogo y la colaboración con los miembros de otras religiones. Y para que sea fecundo, es necesario que haya reciprocidad en cuantos dialogan y en los seguidores de otras religiones”. Lo subrayó el Santo Padre Benedicto XVI en su discurso durante el encuentro con los líderes de otras religiones, que se llevó a cabo el 17 de setiembre, al final de la mañana, en el St Mary’s University College de Twickenham, en Londres. El Papa ha puesto en evidencia: “En concreto, pienso en la situación de algunas partes del mundo donde la colaboración y el diálogo interreligioso necesita del respeto recíproco, la libertad para poder practicar la propia religión y participar en actos públicos de culto, así como la libertad de seguir la propia conciencia sin sufrir ostracismo o persecución, incluso después de la conversión de una religión a otra”.
El Pontífice ilustró luego las modalidades concretas a través de las cuales se realiza este diálogo a distintos niveles: el diálogo de la vida, que “implica sencillamente vivir uno junto al otro y aprender el uno del otro” y el diálogo de la acción, que “nos reúne en formas concretas de colaboración”. Después están las conversaciones formales, que no responden sólo a una necesidad de intercambio teológico, “sino también la de compartir nuestra riqueza espiritual, hablando sobre nuestra experiencia de oración y contemplación y expresando la alegría mutua del encuentro con el amor divino”. El Santo Padre ha luego alabado la diversas iniciativas en acto, ilustrando que “el esfuerzo por reunir de manera amistosa a los miembros de otras religiones se está convirtiendo en parte natural de la misión de la Iglesia local, un aspecto característico del panorama religioso de esta nación”.
Al final de su discurso el Santo Padre aseguró que “la Iglesia católica sigue por este camino de compromiso y diálogo” y que “los católicos, en Inglaterra y en todo el mundo, seguirán trabajando para construir puentes de amistad con otras religiones, para sanar los errores del pasado y promover la confianza entre individuos y comunidades”.
En la tarde, el Santo Padre se dirigió en visita de cortesía al Arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. Recordando el histórico encuentro en la Catedral de Canterbury entre el Papa Juan Pablo II y el Arzobispo Robert Runcie, Benedicto XVI dijo: “Allí, en el mismo lugar donde Santo Tomás de Canterbury dio testimonio de Cristo con el derramamiento de su sangre, rezaron juntos por el don de la unidad entre los seguidores de Cristo. Continuamos hoy orando por este don, conscientes de que la unidad que Cristo deseó fervientemente para sus discípulos sólo llegará en respuesta a la oración”. Dejando de hablar de las dificultades “que el camino ecuménico ha encontrado y sigue encontrando”, el Pontífice agradeció “por la profunda amistad que ha crecido entre nosotros y por el notable progreso llevado a cabo en muchos ámbitos del diálogo”.
El hecho de que la cultura “se distancia cada vez más de sus raíces cristianas” y la sociedad asuma una creciente dimensión multicultural, aumentando las oportunidades de encontrar otras religiones, abre a los cristianos la posibilidad “de explorar, junto a los miembros de otras tradiciones religiosas, formas de dar testimonio de la dimensión trascendente de la persona humana y de la vocación universal a la santidad... La cooperación ecuménica en esta tarea sigue siendo esencial, y ciertamente dará frutos en la promoción de la paz y la armonía en un mundo que, con tanta frecuencia, corre el riesgo de fragmentarse. Al mismo tiempo, los cristianos nunca debemos vacilar en proclamar nuestra fe en la unicidad de la salvación que nos ha ganado Cristo, y en explorar juntos una comprensión más profunda de los medios que Él nos ha dado para alcanzar dicha salvación”. Finalmente el Santo Padre citó el testimonio de John Henry Newman: “por un lado, seguía su conciencia, aun con gran sacrificio personal; y por otro, el calor de su constante amistad con sus antiguos compañeros le condujo a investigar con ellos, con un espíritu verdaderamente conciliador, las cuestiones sobre las que diferían, impulsado por un profundo anhelo de unidad en la fe”. (SL) (Agencia Fides 18/09/2010)


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