VATICANO - Benedicto XVI en Reino Unido: “no debilite la raíz cristiana que sustenta sus libertades”; “la evangelización de la cultura es de especial importancia en nuestro tiempo”

viernes, 17 septiembre 2010

Edimburgo (Agencia Fides) – Con una invitación a que el Reino Unido, en el esfuerzo de ser una sociedad moderna y multicultural, “mantenga siempre su respeto por esos valores tradicionales y expresiones culturales que formas más agresivas de secularismo ya no aprecian o siquiera toleran” y a que esto “no debilite la raíz cristiana que sustenta sus libertades”, se ha concluido el primer discurso pronunciado por el Santo Padre Benedicto XVI en el Reino Unido, el jueves 16 de setiembre. En el Palacio Real de Holyroodhouse se llevó a cabo la ceremonia de bienvenida durante la que el Papa encontró a Su Majestad la Reina Isabel II, a las Autoridades civiles y religiosas, pronunciando luego su discurso en el que subrayó “las profundas raíces cristianas que aún están presentes en todos los ámbitos de la vida británica”. Entre los monarcas de Inglaterra y Escocia, “cristianos desde los primeros tiempos”, figuran Santos extraordinarios, recordó el Papa. Muchos de ellos han ejercitado sus deberes a la luz del Evangelio, de modo que “el mensaje cristiano ha sido una parte integral de la lengua, el pensamiento y la cultura de los pueblos de estas islas durante más de mil años”.
A lo largo de la historia se han dado muchos ejemplos de “fuerza de la fe” para el bien común: la Gran Bretaña intervino para detener la trata internacional de esclavos, mujeres como Florence Nightingale estuvieron al servicio de los pobres y enfermos, John Henry Newman “fue uno de los muchos cristianos británicos de su tiempo, cuya bondad, elocuencia y quehacer honraron a sus compatriotas”. En tiempos recientes “Gran Bretaña y sus dirigentes se enfrentaron a la tiranía nazi que deseaba erradicar a Dios de la sociedad y negaba nuestra común humanidad a muchos, especialmente a los judíos”. El Papa recordó asimismo el papel esencial en la post-guerra y la resolución pacífica del conflicto en Irlanda del norte, lanzando finalmente un llamamiento a los medios de comunicación: “los medios de comunicación británicos tienen una responsabilidad más grave que la mayoría y una mayor oportunidad para promover la paz de las naciones, el desarrollo integral de los pueblos y la difusión de los auténticos derechos humanos”.
En la tarde, el Santo Padre presidió la concelebración eucarística en el Bellahouston Park de Glasgow, en la memoria litúrgica de San Ninian de Galloway, Obispo itinerante y evangelizador de las poblaciones célticas, Apóstol de Escocia. “Siguiendo las huellas de los discípulos que nuestro Señor envió antes que él – dijo en la homilía el Papa –, Ninian fue uno de los primeros misioneros católicos en traer la buena noticia de Jesucristo a sus hermanos británicos. Su Iglesia de misión en Galloway se convirtió en centro de la primera evangelización de este país. Este trabajo fue retomado más tarde por San Mungo, patrón de Glasgow, y por otros santos, entre los que debemos destacar San Columba y Santa Margarita. Inspirados en ellos, muchos hombres y mujeres han trabajado durante siglos para transmitiros la fe. ¡Esforzaos en ser dignos de esta gran tradición!”.
El Papa alentó a seguir rezando y trabajando con las otras confesiones cristianas, “en la construcción de un futuro más luminoso para Escocia, basado en nuestra común herencia cristiana”, luego continuó: “La predicación del Evangelio siempre ha estado acompañada por el interés por la palabra: la palabra inspirada por Dios y la cultura en la que esta palabra echa raíces y florece... La evangelización de la cultura es de especial importancia en nuestro tiempo, cuando la ‘dictadura del relativismo’ amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. Hoy en día, algunos buscan excluir de la esfera pública las creencias religiosas, relegarlas a lo privado, objetando que son una amenaza para la igualdad y la libertad. Sin embargo, la religión es en realidad garantía de auténtica libertad y respeto, que nos mueve a ver a cada persona como un hermano o hermana”. (SL) (Agencia Fides 17/09/2010)


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